Empatar en Barraña no es un punto cualquiera. Más aún cuando el resultado se consigue con argumentos suficientes para tutear a todo un aspirante al ascenso de categoría como es el Boiro. Eso fue lo que consiguió el Ribadumia para enlazar su séptima jornada consecutiva sin perder tras noventa minutos de una alta intensidad y de un arbitraje que no dejó para nada contento a los visitantes por su permisividad en los contactos.

Los de David Sierra no dieron un paso atrás ni para coger impulso. Tenían bien claro que no se iban a dejar intimidar por la jerarquía del rival y propusieron la recuperación rápida de pelota como primer principio a desarrollar en lo defensivo. Esa reacción inmediata tras pérdida incomodó lo suficiente a un Boiro que no era capaz de conectar con su tridente ofensivo.

La banda derecha se convirtió en el carril a explotar en la tendencia de los visitantes. Hugo daba mucha amplitud por aquel costado y de un perfecto servicio suyo nació el primer gol. Un cabezazo de Changui sacado del manual del buen delantero dinamitó la portería de Reguero y dio lugar a una celebración reivindicativa del boirense apuntando al palco de Barraña. Como reclamando su plaza en el equipo de su tierra.

La sacudida que provocó el gol se mantendría durante las acciones siguientes. Los de José Luis Lemos eran incapaces de hilvanar jugada y durante los primeros 25 minutos estuvieron a merced del Ribadumia. Pero la calidad de los barbanzanos es innegable. No necesitan demasiado para generar peligro y una perfecta maniobra de Rubén Rivera apurando hasta la línea de fondo provocó las primeras sacudidas en la portería de Javi Sánchez.

A partir de esa acción el partido cambió de dueño y la estrategia de Lemos fue clave en el tanto del empate que Cano materializó a saque de esquina botado por Herbert. Pero la tendencia era claramente local y solo necesitaron de un minuto más para desperdiciar la mejor ocasión del encuentro. Cano sacó un centro perfecto al punto de penalti que Rivera mandó alto de cabeza a puerta vacía.

El Ribadumia parecía haber perdido el pulso, pero lo recuperó en los últimos compases de la primera mitad gracias a un mejor posicionamiento. Incluso a base de recuperar balones en la medular generó dos disparos de Changui y Paco que sirvieron para poner freno al agobio rival. Con una acción similar comenzó la segunda mitad, pero la cabalgada de Nando fue cortada por Fidi a centímetros del área.

José Luis Lemos ya había movido ficha. Quería atar más en corto a Hugo y sacrificó a Suso, pero el primer cuarto de hora fue claramente visitante. Solo cuando la intensidad en la medular del Ribadumia bajaba enteros el partido cambiaba de dueño.

En la última media hora el partido se rompió. Las distancias entre líneas daban paso a un partido tremendamente abierto en el que los de David Sierra dispusieron de transiciones muy francas que desperdiciaron por malas decisiones.

El Boiro lo intentó y, tras su mejor jugada, Javi Sánchez estuvo enorme para detener un remate de Romay al primer palo. Las situaciones a balón parado fueron el recurso más utilizado por los locales, pero el Ribadumia demostró que el gol de Cano solo fue un lunar en una gran tarde en lo defensivo.