El Rápido de Bouzas sigue sumido en una profunda crisis de resultados, más que de juego, que lo lleva a sumar tan solo cuatro de los últimos veinticuatro puntos disputados. Posiblemente ayer no fuera uno de esos partidos en donde se dice que el equipo mereció la victoria, pero tampoco fue un partido para perder. Lo peor es que psicológicamente la situación comienza a pasar factura, pues siempre se quiere llegar a la portería rival con el balón en los pies, descartando otro tipo de juego u opciones.

Otero introdujo ayer novedades en el "once" inicial. La más destacada fue la entrada de Ferre en su último partido en Bouzas, y lo cierto es que su participación fue muy importante para la diferencia en el marcador fuera más amplia. También entró en banda Youssef, que le imprimió velocidad a las acciones, aunque faltó definición.

El partido, en sus primeros cuarenta y cinco minutos, se jugó a un ritmo muy alto. El Rápido trató de llevar el peso del encuentro, pero sus acciones se terminaban al llegar a la frontal del área. Los lucenses montaron dos líneas de cuatro que trataba de incomodar a los aurinegros.

Youssef fue el protagonista de las dos mejores ocasiones del Rápido en el partido de ayer. La primera fue a los doce minutos, con un potente disparo que Viuski no atrapa en primera instancia, haciéndolo sobre la misma línea de gol. La segunda, a los siete minutos de la reanudación, de nuevo con un potente disparo desde la frontal que Xusto sacó con el pié en la misma línea de gol.

El juego no tardó demasiado en cambiar de lado. El Villalbés recuperó el control en el centro del campo, obligando a los aurinegros a correr detrás del balón. Lo mejor fue que llegara el final de la primera parte, con lo que Jorge Otero trató de recomponer la situación en el descanso.

Comenzó bien el cuadro vigués tras el paso por el vestuario, tocando el balón con idea y de nuevo poniendo en apuros a la defensa lucense. Youssef pudo desnivelar el marcador con su disparo, pero lo que llegó poco después fue el tanto del Villalbés. Balón que llega desde la banda izquierda de su ataque y Gerardo, solo en el área, se tira en plancha poniendo el balón lejos del alcance de Ferre.

Quedaba media hora para la conclusión del encuentro, pero al Rápido de Bouzas le entraron las prisas. Recuperaron el control del centro del campo, pero los jugadores vigueses seguían queriendo entrar en la portería con el balón, lo que en buena medida facilitaba el trabajo defensivo de los lucenses.

La situación era peligrosa, ya que los aurinegros dejaron desguarnecida la zaga para volcarse en ataque, y las contras del Villalbés llevaban mucho peligro, aunque entre la defensa y Ferre sacaban el peligro.

Al final, nueva derrota de un Rápido que ahora tiene que cambiar el chip para pensar en la Copa Federación y su eliminatoria con el Mérida.