Pocas horas después de dar el martes una charla sobre reglas de juego en el IES Fermín Bouza Brey, Carlos Cortés cogería un avión a Krasnodar para dirigir el partido de Euroliga entre Lokomotiv Kuban y Zalgiris Kaunas. Árbitro de élite continental cuyo título de entrenador fue engendrado en Vilagarcía.

- ¿Entrenador con alma de árbitro o viceversa?

- Tengo alma de árbitro, eso seguro. Todo lo que hago en mi vida deportiva lo relaciono con el arbitraje. También es verdad que cada vez me gusta más lo de ser entrenador. La formación siempre me gustó y realmente me llena, pero en todo busco los posibles beneficios para mejorar como árbitro.

- Y Vilagarcía se ha convertido en su lugar de formación como técnico. Aquí, en el ciclo de baloncesto del IES Fermín Bouza Brey se títuló como entrenador de máximo grado. ¿Qué tal la experiencia?

- Realmente bien. Además del vínculo que se crea con las tareas por el aula virtual, siempre que podía venir a clase lo hacía, al menos una vez a la semana. Los lunes siempre. Ojalá pudiese haber venido el resto de las días, pero me era realmente imposible desde A Coruña. El intercambio de ideas y opiniones fue de lo más enriquecedor. Me abrió otro mundo. También es verdad que yo traté de aportar lo que pude a la formación de los entrenadores aportando la perspectiva arbitral. Acerqué la figura arbitral al papel del entrenador y creo que la relación de los que fueron mis compañeros con los árbitros es ahora de otra manera solo por el hecho de haber hecho el ciclo.

- O sea que la figura del árbitro está cada vez menos demonizada.

- Creo que en esto el deporte ha evolucionado mucho y también nuestro colectivo. Antes nos pasaba demasiado el encerrarnos en nuestro propio gremio porque casi todos los refuerzos que recibía un árbitro eran negativos. Ahora hacemos muchas más cosas y está claro que somos una parte esencial del juego. No me gusta nada eso de que somos el mal menor, más bien entiendo que somos un bien necesario y así me gusta que se nos vea.

- Como profesional del arbitraje que es, ¿hasta qué punto el pensar como un entrenador le ayuda a mejorar como árbitro?

- Es algo que me aporta mucha tranquilidad en la pista. El hecho de poder empatizar con jugadores y entrenadores te aporta control y eso te ayuda a decidir determinadas cosas. No fui jugador ni entrenador a nivel profesional, pero conocer un poco más lo que pueden pensar ellos me hace pensar que tengo la situación más controlada y me da más confianza. Me da más seguridad. Saber transmitirme y empatizar.

- Se entiende que nunca le habrán señalado una técnica ejerciendo de entrenador.

- No, nunca me pitaron una técnica. La verdad es que no le suelo comentar nada a los árbitros cuando estoy en un banquillo. Cuando estoy como ayudante del entrenador siempre le suelto algún mensaje a éste sobre el sino arbitral para mejorar cosas del juego. Incluso los árbitros me piden consejo al final del partido, pero me cuesta porque no me acuerdo demasiado cuando pienso como entrenador. Me da rabia no poder ayudarles como me gustaría, pero es cierto que focalizas la atención de manera diferente cuando diriges a cuando arbitras.

- Remontémonos en el tiempo, ¿cómo surgió su vocación arbitral?

- Empecé a arbitrar de casualidad. Un día necesitan árbitros para un campeonato minibasket en A Coruña. Yo jugaba al baloncesto y el hermano de un compañero arbitraba y nos pidió colaboración. A partir de ahí me enganchó e incluso varios jugadores del equipo iniciaron también el curso de árbitros. No sé si a partir de ahí cree vocación, pero la verdad es que me enganché y se convirtió en mi idea de trabajo. Me preparé para ser árbitro con los pocos medios que tenemos a todos los niveles porque aún no existe el manual que te enseñe a ser árbitro y solo con el conocimiento del reglamento no es suficiente.

- ¿Y cuándo picó el gusanillo de entrenar?

- Era un campo del juego que no conocía. Jugaba y arbitraba, pero también quería conocer las sensaciones que se viven como entrenador. También es algo que me ayuda a conocer más a fondo el juego. Empecé a sacar los títulos de entrenador porque además el ayudar a formarse a alguien es algo que me motiva bastante.

- Ya se cumplen diez años de su debut en la Liga ACB. ¿Queda alguna meta por cumplir en el mundo arbitral?

- Ya el hecho de mantenerse en una liga de primer nivel cuesta cada año un poquito más. La gente cada vez está más preparada, somos muchos árbitros y cuesta mucho cumplir física y técnicamente. Nunca me he planteado metas, pero sí es verdad que tengo el sueño de poder participar en unos Juegos Olímpicos como cualquier otro deportista. Ese puede ser el torneo por excelencia. Respecto a mi meta no es otra que seguir donde estoy, disfrutando de lo que hago. Me siento un privilegiado por vivir de lo que me gusta. Lo principal es mantenerse y si cada año puedo dar un pasito más hacia adelante pues mejor. No se puede aspirar a mucho más porque todo depende de los que nos evalúan. El que decide quien va a los torneos es una persona y lo que a mí me compete es estar lo mejor preparado posible por si llega esa posibilidad.

- ¿Con las dinámica de ACB y Euroliga como se las apaña para entrenar y dirigir a su equipo?

- Es complicadísimo. Menos mal que me ayudan a entrenar cuando no estoy y después sacando mucho tiempo de mi familia y de mi novia. Sin ir más lejos, el sábado aterrizo a las 15,30 y a las 16 tengo partido. Lo tengo difícil, pero me gusta y me he comprometido y lo veo como una obligación.

- ¿Se pita diferente en función de la categoría? El aficionado tiene la idea de que siempre el reglamento es más elástico cuanto mayor sea el nivel de los jugadores. Ya sabe que si los pasos de Navarro, las faltas de Felipe Reyes en el rebote de ataque? O todo eso son leyendas

- Creo que no se pita diferente. Sí es cierto que hay que adaptar el reglamento a la competición. No es lo mismo un partido minibasket de niños que empiezan a jugar que otro de más nivel dentro de la misma categoría. Como árbitro tienes que adaptarte al partido, pero no hay relación entre la categoría y la permisividad. Nos tenemos que adaptar al juego y a partir de ahí tenemos que sancionar.

- ¿Entonces también realizan su particular scouting

- Yo intento tener la máxima información de cada partido. Siempre trato de ver el último partido de los equipos a los que voy a arbitrar. No para hacer un scouting de sistemas, sino que trato de obtener información para saber que acciones son las que más se pueden repetir durante un partido para que no me coja de sorpresa. También quiero saber si hubo alguna situación conflictiva reciente y saber la dinámica de cada equipo. Son cuestiones que te ayudan a realizar el mejor arbitraje posible.