Necesitaba el Arosa un empujón anímico después de una semana convulsa en lo disciplinario y lo encontró precisamente en el desplazamiento más largo de toda la temporada. Sucedió en Verín, concretamente en un José Arjiz que se ha convertido en un feudo amable para los intereses arlequinados en sus últimas visitas. Allí los de Piscis desplegaron una versión propia de un aspirante a la zona noble. Solidez y practicidad a partes iguales para construir una fórmula que no encontró antídoto en un rival superado en todas las facetas.

Bien es cierto que la ausencias en el equipo ourensano afectaron notablemente a su rendimiento, pero ello no hace desentonar la sintonía futbolística desplegada por los vilagarcianos. Para más inri, el Verín veía como su entrenador era expulsado nada más arrancar el partido por entrar al campo a golpear un balón que ya se iba por la línea de banda. Quizá lo inusual del lance descentró aún más a los locales que a los dos minutos ya podían ir por debajo en el marcador de no irse arriba el buen remate de Fandiño a pase de un activo Sylla.

La peor noticia para el Arosa se produjo también pronto. Cardeñosa tuvo que dejar su lugar a Alfonso por lesión, y el propio central padronés también tuvo que abandonar el campo lastimado en la segunda parte produciéndose el debut esta temporada del canterano Carballa.

La buena disposición sobre el terreno de juego no se vio alterada. El Arosa siguió poniendo cerco a la portería local. Camiño primero con un disparo lejano, y poco después Hugo Soto, al que se le anuló un tanto por fuera de juego, dieron muestra de las intenciones con las que se habían bajado del autobús.

Poco a poco se fue entrando en una fase de menor control en la que el Verín fue capaz de generar alguna ocasión sin éxito. Al Arosa le costó un poquito más retener la pelota en momentos en los que su presión alta para la recuperación había bajado algunos puntos. Sin embargo todo se enderezó con el primero de la tarde obra de Sylla. El senegalés dio muestra de sus impresionantes condiciones atléticas para cabecear un excelente servicio de Fran Fandiño al segundo palo.

El 0-1 no calmó las ansias de un dinámico Arosa. La medular con Camiño, Fandiño y Óscar como generadores de fútbol, se convirtió en un factor de desequilibrio. De ahí surgían la mayoría de aperturas que precedían a las ocasiones de gol. Tal fue el caso del 0-2 materializado por Hugo Soto. El de Vilaxoán remató hasta en tres ocasiones en esa acción para superar a Diego. Tras repeler el portero los dos primeros lanzamientos, Hugo tomó la determinación de regatearlo y marcar a puerta vacía ante una defensa local que pecó de lentitud en la reacción.

Sabían los de Piscis que los tres puntos se vendrían a Vilagarcía de mantener la línea de la primera mitad. No fue así, porque ese buen fútbol todavía se vio mejorado, especialmente en lo que respecta a las ocasiones de gol generadas. La falta de eficacia no evitó que Hugo Soto confirmase su buen feeling con el gol con una vaselina en forma de 0-3 ovacionada por el medio centenar de aficionados desplazados con el equipo.

Incluso antes de la sentencia definitiva, Alfonso al saque de un córner, y Camiño de disparo lejano, ya habían inquietado la portería verinense. El control de cada posesión y la escasa oposición que planteó el Verín en la segunda parte convirtió el final del encuentro en un plácido camino hacia la segunda victoria consecutiva. Y eso que Sylla y Dani Bea, con sendos remates de cabeza, pudieron redondear un marcador todavía más abultado.

Ahora el Arosa ya pone proa hacia el partido del próximo domingo en A Lomba ante As Pontes partiendo desde la octava posición y a solo dos puntos del Boiro, cuarto en la tabla y siguiente rival.