El Xuven consiguió romper ayer su racha de tres derrotas consecutivas al imponerse a todo un filial de uno de los equipos de la Euroliga, el Clínicas Rincón de Málaga. Pese a la victoria, el equipo jugó a ráfagas, con momentos de juego brillantes y con otros en los que la precipitación y los errores en la toma de decisiones mantuvieron vivo al rival hasta el final, e incluso, le dieron opciones de ganar el encuentro, cuando a falta de tres minutos, se pusieron por delante.
Los de Miguel Ángel Hoyo fueron un vendaval en el primer cuarto, sobre todo en los minutos finales, cuando apoyados en una férrea defensa, mostraron todos sus recursos en ataque, logrando un parcial de 11-2 que hacía presagiar un partido más tranquilo de lo esperado. No fue así, en el segundo cuarto, el equipo se relajó en exceso, y los visitantes fueron limando la distancia, sobre todo gracias a la actuación de Belemene (anotó sus diez puntos en este cuarto) al que la defensa local fue incapaz de frenar. El Xuven se perdía en guerras personales y dejó de ser un equipo, algo que acabó pagando con la igualada en el electrónico en el descanso.
El paso por los vestuarios sentó Bien a los pupilos de Hoyo. Nada más regresar del vestuario le endosaron un 8-0 a su rival que volvía a poner en franquicia el partido. Los amarillos volvían a ser el equipo con ritmo e intensidad del primer cuarto ante un rival que solo tenía el juego interior como recurso ante la pésima puntería desde más allá de la línea de 6,75.
Diez puntos arriba iniciaron los amarillos el último cuarto, pero el acierto cambió de bando. Un parcial de 0-11 ponía a los visitantes por delante en el marcador (61-62) y hacía presagiar lo peor. Sin embargo, al verse cuatro puntos abajo, el Xuven supo reaccionar, sobre todo de la mano de Erik Quintela, que anotó un triple espectacular que ponía a los amarillos de nuevo por delante (70-69) y fue fundamental en los últimos segundos del encuentro.
