La llegada al banquillo del Arosa de José Luis Uhía "Piscis" ha deparado muchas más alegrías que tristezas, ya que bajo la batuta del entrenador de Portonovo los arlequinados finalizaron con una travesía en el desierto de la preferente que duró cinco años y se han mantenido con solvencia en la Tercera División. Estos éxitos han coincidido con una buena regularidad del equipo, que apenas encajó varias derrotas consecutivas.
Las tres derrotas que ha sufrido el Arosa han igualado la peor racha de la era de Piscis. Desde que el técnico llegó al banquillo de A Lomba solo en una ocasión el conjunto arlequinado perdió tres encuentros de manera consecutiva. Fue en la temporada 2013-14, en una época del año muy similar a la actual. Esas derrotas se registraron entre las jornadas 8 y 10, que se jugaron entre el 13 y el 27 de octubre. Los rivales en aquella ocasión fueron el Boiro en Barraña, donde el Arosa cayó por 3-2, el Somozas en A Lomba (0-1) y el Dorneda a domicilio (1-0). Quizás la única diferencia con respecto a aquella racha es que el equipo no se está mostrando tan compacto en el plano defensivo como por aquel entonces, ya que solo en estos tres últimos encuentros, los arlequinados han encajado ocho tantos y solo han anotado 1.
El presidente arlequinado, Manuel Abalo, reconocía ayer que el equipo "está atravesando un bache prolongado del que esperamos salir el próximo domingo, ya que recuperamos a jugadores importantes que, por diferentes motivos, no han podido disputar estos partidos". Abalo se muestra confiado en la labor de Piscis y hace un llamamiento a la afición para que acuda a A Lomba el próximo domingo a animar, "que no se desanimen por estos malos resultados".
Si en el Arosa las caras son largas, en Ribadumia son todo lo contrario. La apuesta de David Sierra por el fútbol combinativo y de toque dio el pasado domingo resultado, al conseguir superar al Noia, un rival directo en la lucha por la permanencia. Los aurinegros jugaron una primera parte primorosa pero volvieron a carecer, en algunos momentos, de efectividad ante el marco contrario, ya que fallaron varias oportunidades muy claras ante un Noia batallador.
