El Ribadumia finalizó su partido en el campo de O Morrazo con una sensación de deja vu. Una derrota que no ha estado reñida con el buen gusto por el fútbol que demostraron los aurinegros a su paso por una de las plazas más complicadas de la categoría. Para explicar la derrota había que centrarse en cuestiones de efectividad o en aspectos relacionados con la falta de confianza a la hora de tomar decisiones. Unas dudas que tienen en unos resultados negativos su raíz.

La declaración de intenciones de ambos equipos quedó patente desde el pitido inicial. El someter a su rival a través de la tenencia de la pelota era el propósito compartido. Hubo fases para uno y otro, pero el arranque del partido estuvo dominado por los de Jacobo Montes, a los que se le vio mucho más enteros en lo anímico.

La tarde empezó a complicarse para los visitantes desde bien temprano. En la primera llegada seria al área de Manu Táboas el Alondras fue capaz de abrir el marcador. No se había cumplido el primer cuarto de hora cuando un pase de cuarenta metros a la espalda de la defensa visitante fue culminado por Johny con una perfecta vaselina ante la salida del portero del Ribadumia.

El Alondras no cesó en su empeño de dominar el partido. Circuló el balón con velocidad mientras el Ribadumia aguantaba el envite desde el orden defensivo y a la espera de una oportunidad. Esta parecía estar gestándose puesto que alguna recuperación de balón cerca estuvo de convertirse en claras situaciones de gol, pero la precipitación en algunas tomas de decisión jugaron en contra de encontrar más caminos abiertos hacia la portería rival.

El empate deseado llegó en una buena triangulación por banda derecha que terminó con un centro al área que Nando, libre de marca, cazó en el segundo palo para batir por bajo a Lorenzo de disparo cruzado. El gol recibido, dejaría algo tocado a los morracenses, que entraron en una fase de desconcierto, cambiando el dominio a pies del Ribadumia. Agus, a punto estuvo de hacer el segundo para los visitantes, pero Castilla en el último momento, desviaba su remate.

Cuando peor lo estaba pasando el cuadro cangués, antes del pitido final de la primera parte, se volvía a adelantar el Alondras. Gran jugada de Pablo Berros, que cedía para Diz, quien con mucha calidad, batía por segunda vez a Manu Táboas. Segundos después, se enfilaba túnel de vestuarios, con ventaja por la mínima para los cangueses y mazazo tremendo para los de David Sierra.

La segunda mitad, sería algo más igualada, con el Ribadumia, empujando algo más, por la situación de ir debajo en el marcador. A pocos minutos de la reanudación, Leiro sorprendía lanzando a puerta una falta situada a más de 50 metros, que se iría rozando el palo izquierdo de la meta visitante. Pasaban los minutos y los aurinegros se iban quedando poco a poco sin ideas claras en ataque, buscando con un juego más directo mientras el Alondras, gozaba de espacio para correr. La sentencia llegaba a diez minutos para el final con otro bonito tanto. Jugada de Álex Gómez por la izquierda, quien enviaba un preciso centro, para que Andrés con mucha decisión, cabeceara el cuero haciendo el tanto que apuntilló a los de A Senra.