El Xuven ya tiene la primera victoria en el bolsillo. Fue un triunfo a la carrera. Sin ningún ánimo de calmar un ritmo de partido que parece será una de las señas de identidad del nuevo proyecto encabezado por Miguel Ángel Hoyo. Un partido que terminó por convertirse en un derroche anotador sin precedentes en O Pombal.

Sabían los locales que en la intensidad tendrían que fijar la base de un resultado positivo. Las ausencias en el Ciudad de Valladolid invitaban a pensar en ello. Con lo que no contaban era con un acierto extraordinario desde todas las distancias. El ejemplo más evidente de ello fueron los 17 triples anotados por el Xuven con un Joel Almeida impoluto en su puntería con hasta seis lanzamientos convertidos en igual número de tentativas.

No se arredraron los pucelanos que buscaron en la calidad de su quinteto inicial agarrarse al partido como fuera. Sergio de la Fuente tiró del carro hasta que las fuerzas empezaron a abandonarle en medio de la locura controlada en la que había entrado el partido. Un dato sirve para arrojar conclusiones de por donde se decantó el partido. Y es que mientras los suplentes del Xuven aportaron un total de 55 puntos, las rotaciones castellanas se quedaron en solo 19, siendo 16 de ellos con autoría de un júnior de enorme talento llamado Miguel González.

Fue durante el tercer cuarto cuando el partido empezó a decantarse con ventajas significativas (70-59). Ni las variantes defensivas impuestas por el Ciudad de Valladolid lograron contener lo que se le venía encima. Todos y cada uno de los jugadores de Miguel Ángel Hoyo aportaban con una facilidad ofensiva inusitada, pero el orgullo de los visitantes aún dejaba media puerta abierta a su esperanza.

Sin embargo todo se vino abajo con la descalificación de Sergio de la Fuente por una segunda antideportiva (94-80). Serían unos últimos minutos para el regocijo del Xuven y sus espectadores que disfrutaron de uno de los partidos con más puntos de la historia de la liga.