Otro de los vilagarcianos es Manu Bugallo. Hijo de una leyenda del arosismo, a sus 19 años pasa por ser uno de los centrales con más futuro de la Tercera División. Tras pasar cinco años en el Celta, a donde llegó desde el infantil de Arosa, ahora toca "acostumbrarse a la categoría".

Reconoce que en su etapa de adaptación no le faltan los consejos de su padre, "para mí es un ejemplo a seguir. Siempre me dice que trabaje mucho y que defensivamente sea muy agresivo". Su mentor no faltará en la grada, "siempre es muy bonito jugar delante de tu gente. Más aún cuando el Arosa es el equipo líder de la categoría".

El único de la pléyade de vilagarcianos que ya sabe lo que es vestir al camiseta del primer equipo del Arosa es Julio Rey. Tras su frustrado fichaje del verano por el filial del Deportivo, el jugador comenta que "me encuentro muy bien y con muchas ganas de jugar al fútbol, además ante un gran equipo como es el Arosa".