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vela - Clase 470

Un bautismo de rango internacional

Los vilagarcianos Adrián Domínguez y Calixto Abalo debutaron en la clase compitiendo en el Mundial y el Europeo

La valoración de su debut en dos pruebas de tanta importancia recoge un acentuado positivismo de cara al futuro. // FdV

Un mes que nunca olvidarán. Ese podría ser el resumen de la singladura protagonizada por Adrián Domínguez y Calixto Abalo por los mares que bañan las costas de Grecia y Bulgaria. Allí les esperaban dos citas que quedarán grabadas a fuego en su memoria. Y es que un Campeonato del Mundo y un Europeo son competiciones a tener muy en cuenta, más aún cuando coinciden con su estreno en la clase 470.

Thesalonika fue el primero de sus destinos. Tras más de dos meses de dura preparación a las órdenes de Bruno Gago en el Centro Galego de Vela, la expedición partió por carretera hacia Barcelona desde donde tomarían un ferry a la costa helena con escala en Italia. Díaz de entrenamientos se convirtieron en el prólogo a su bautismo oficial. Lo peor la ausencia de viento. Un factor que jugaba claramente en contra de sus intereses.

La fuerza del dios Eolo brilló por su ausencia pese a encontrarse en el orígen de su mitología. Los escasos 5 nudos se mantuvieron durante los días de competición. Tanto fue así que la desesperación cundió por momentos en el barco arousano. Adrián y Calixto nunca se encontraron cómodos, y eso al margen de la excelente competencia que había enfrente. Lo peor era que apenas podían sacar a relucir sus artes por lo que la clasificación les fue relegando al grupo Plata.

Después de otros tres días de competición, la clasificación no estuvo del todo mal. Novenos en el grupo Plata tratándose de su primera experiencia en un competición de 470 era un resultado como para extraer conclusiones positivas, pero el ansia competitiva de los dos tripulantes les hacía pensar únicamente en el reto de mejorar sus prestaciones en el Europeo de Bulgaria.

Tras cargar todos sus bártulos y emprender viaje hacia el país del este de Europa, entrenaron durante más de cinco días en condiciones ideales. Adrián apuntó que "hubo días de más de 30 nudos. Nuestro barco iba muy bien, pero la ley de Murphy jugó en nuestra contra". Se refiere el vilagarciano a que el viento volvió a desaparecer en el primer día de competición. Sin embargo, las buenas conclusiones extraídas del Mundial hizo que el barco se manejase mejor en las adversidades. Incluso se quedaron a un solo punto de clasificarse para el grupo Oro, "en la última maniobra de las tandas de clasificación nos pasó el barco que nos quitó la plaza", recuerda Adrián con rabia.

La singladura por el grupo Plata dejó notas muy positivas. La cuarta posición final se ha convertido en el principal acicate para mantener firme el rumbo de cara a la próxima temporada. Las bases de la misma se sentarán a partir del próximo 18 de septiembre con la progresión en la clase como reto.

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