El Choco, en un partido menos brillante de lo habitual, sacó su faceta más efectiva para imponerse a un Rápido de Bouzas que plantó cara a pesar de los contratiempos, y los redondelanos se aferran así a las matemáticas para soñar todavía con la remota posibilidad de disputar la promoción de ascenso a Segunda División B. El equipo de Juan Carlos Andrés, por su parte, tuvo contra las cuerdas en el inicio a los locales pero encajó el empate cuando el central Sestelo estaba siendo atendido en la banda y vio cómo a la media hora Ferre se lesionaba en un tobillo. El portero visitante, a pesar de una evidente cojera, tuvo que mantenerse en su puesto dado que el Rápido carecía de guardameta suplente. El conjunto vigués había decidido que cada jugador realizase por su cuenta el desplazamiento hasta Santa Mariña, con la mala fortuna de que Samu, el portero suplente, fue arrollado por un coche justo cuando esperaba con su moto en el cruce para entrar al campo redondelano. Aún así, el Rápido tuvo en las botas de Oki, que desperdició dos mano a mano con Cortegoso y cruzó demasiado otro peligros tiro, la posibilidad de haberse llevado al menos un punto de su visita a Redondela en partido oficial 48 años después.

La segunda parte tuvo ya mucho menos ritmo que la primera a pesar de que el Rápido nunca bajó los brazos. Ni siquiera cuando Yerai aprovechó un error de Agujetas en un balón largo para conseguir el 3-1 en el minuto sesenta y cinco.