Adrián Camiño tiene marcado en rojo en su calendario la fecha del 27 de abril. Ese día, el Arosa recibe al Laracha y el capitán arlequinado tiene su mente puesta en volver a pisar un terreno de juego tras la lesión por rotura del ligamento cruzado que se produjo el pasado 20 de octubre en un duelo en A Lomba ante el Somozas.

El 22 de abril, el futbolista vilagarciano confía en que se confirme el alta médica que sus sensaciones le apuntan en cada uno de los entrenamientos que ya viene completando con el equipo. De ser así, y solo cinco meses después, Camiño pondrá punto y final a una fase de rehabilitación que se inició pocas horas después de confirmarse el diagnóstico.

Por ello, el propio jugador reconoce que en su caso, su recuperación es de todo menos milagrosa. "Hay un trabajo muy duro detrás. Los tres primeros meses fueron tres sesiones diarias. La idea era fortalecer la musculatura para cuando hubiese que entrar en el campo lo hiciese con las mayores garantías posibles. Ahora me encuentro muy bien, e incluso tengo más musculadas las piernas que antes de la lesión", explica.

Cerca de un mes es el tiempo que Camiño ya lleva entrenando con sus compañeros. Esta fase de rodaje no ha hecho más que incrementar sus ganas de volver al equipo. La respuesta de la rodilla no hace más que confirmar lo óptimo de sus sensaciones, "no me hincha nada. Me molesta un poco cada vez que hay un cambio de tiempo, pero en general está todo muy bien".

Tampoco oculta el jugador que la reincorporación a los entrenamientos se fue realizando de manera progresiva, ya dentro del trabajo con el resto del grupo. "Al principio te sientes un poco cohibido y mides mucho a la hora de meter el pie, pero es cuestión de tiempo. A medida que fui cogiendo confianza todo fue a mejor y ahora ya estoy al cien por cien".

El aspecto mental, tan importante en lesiones de larga duración, también está totalmente controlado. En este aspecto el jugador menciona a dos personas que han resultado claves, "tanto Félix, el fisioterapeuta del Hospital Domínguez, como Ezequiel Rey estuvieron muy encima de mí. Los tres primeros meses se hicieron muy largos. Se hacía muy duro tener que entrenar solo y asimilar lo que quedaba por delante, pero me ayudaron a hacerlo mucho más fácil. Ahora ya pasó lo peor y ya solo pienso en que llegue cuanto antes el día de volver".

El propio Camiño reconoció a los pocos días de confirmarse la lesión que su intención era la de volver a disfrutar de minutos antes de que terminase la temporada. "Era muy importante el no irme al verano sin poder jugar. Mi deseo siempre fue el jugar antes de que terminase la temporada. Ahora ya lo veo muy cerca. Si puedo volver el día del Laracha sería muy importante en todos los sentidos", dice.

Vuelta al equipo al margen, el futbolista ya sabe que en el verano tendrá trabajo extra, "ya me dijo Ezequiel que tocará seguir fortaleciendo la articulación".