Buena imagen la dada por el Ribadumia ante todo un "gallito" de la tercera división como el Pontevedra. El empate final, sin duda, hace justicia a los méritos de uno y otro aunque si la medición se hiciese en base al número de oportunidades claras la contienda pudo haberse desnivelado en favor de los locales, especialmente en el tramo final del encuentro.

Una de las cuestiones indiscutibles es la relativa al dominio del Pontevedra durante toda la primera mitad. Propuso presión y posesión con un ritmo que cogió totalmente fuera de sitio a los de Gabi Leis. Tubo dio el primer aviso serio, pero su disparo se fue fuera.

La premisa de dificultar la salida de balón de los aurinegros se convirtió en el origen del 0-1. Los locales perdieron un balón tras un saque de banda cerca de su portería y Richi se mostró como el más listo para hacerse con el esférico y mandar el balón al fondo de la red con un muy buen zurdazo que entró por la escuadra de Moncho.

La dinámica apenas varió. Lo tempranero del tanto también sirvió para activar a los locales, al menos defensivamente, puesto que el área de Edu apenas registraba ningún tipo de movimiento. El calor también hizo mella en la intensidad del Pontevedra que era capaz de dominar pero sin crear verdaderas situaciones de gol.

Nando cambió por completo su once en el descanso y, con ello, el panorama del encuentro. El control defensivo desapareció por completo y el Ribadumia salió dispuesto a empatar. Changui tuvo una muy clara, pero falló en el mano a mano ante Paco. El juego entró en una fase de idas y venidas, pero sin embargo un nuevo error de la zaga ribadumiense permitió a Luismi hacer el 0-2 con menos de media hora por delante. Pero solo un minuto después se repitió el regalo en el otro área y Changui sí definió esta vez.

Los granates habían perdido la brújula y sus pérdidas de balón convirtieron a Manu Nieto y Changui en primeros espadas. El de A Illa pudo empatar primero, pero hubo que esperar al doblete del veterano ariete de Boiro para establecer la igualada con la que se cerró el duelo. Los penaltis solo sirvieron para que el Trofeo Pomarco se marchase en el autobús para Pasarón. Tres errores de los aurinegros se lo pusieron en demasiado fácil a los invitados.