El duelo decisivo para el ascenso a tercera división entre el Bertamiráns y el Arosa está teniendo un protagonista inusual y no es otro que el terreno de juego en el que se va a disputar el choque. Ya sea por lo reducido de sus dimensiones o por lo escaso de su aforo, lo cierto es que el Municipal está dando más de un quebradero de cabeza a jugadores y afición.

Con una sola grada de 800 asientos parece obvio que la instalación no es la más idónea para acoger un encuentro que está generando una enorme expectación en las dos aficiones. Rafael Budiño, presidente del Bertamiráns, señaló al respecto que "estamos desbordados. Tenemos cerca de 500 niños en la base y todos quieren venir. Luego están los aficionados nuestros y la gente que venga también de Vilagarcía. Creemos que con la gente que estará de pie podremos llegar a 1.200 personas".

Los mandatarios de ambos clubes ya se han puesto en contacto para prevenir esta situación. Budiño ya le hizo saber a Abalo los problemas de operatividad que presenta el campo, "me dijo que van a traer dos autobuses y posiblemente un tercero. Lo que no les puedo asegurar es si van a tener entradas. Lo único que le dije a Abalo es que lleguen lo antes posible porque vamos a abrir las taquillas a las cuatro de la tarde".

En referencia a los aficionados que se acerquen a Bertamiráns en coches particulares, el presidente aurinegro dejó claro que "los aparcamientos son reducidos. Estamos habilitando diversas zonas y respecto a la entrada solo les sugiero que lleguen con suficiente antelación. Las limitaciones son las que son".

El precio de las entradas se ha fijado en diez euros para un encuentro que comenzará a las seis de la tarde de mañana domingo y en el que el presidente del Bertamiráns tiene depositadas muchas esperanzas, "tenemos un buen resultado, pero el Arosa es un gran equipo".