Nueva lección de solidez la ejecutada por el Establecimientos Otero. El Olivar llegaba como una seria amenaza tras la buena impresión causada en la primera jornada, pero lo cierto es que el Xuven empequeñeció a un equipo aragonés que nunca se dió por vencido. Ahora toca rematar la faena en la jornada de hoy ante el Meridiano Santa Cruz de Tenerife (12,30 horas). Una victoria daría el ascenso a los cambadeses e incluso una derrota por menos de nueve puntos siempre y cuando El Olivar se imponga en el partido anterior al Novaschool malagueño (10,30 horas).

La imponente presencia física de Laszlo Dobos se convirtió en el primer problema a resolver para los locales en el día de ayer. Suyas fueron las dos primeras canastas del choque, pero sus 219 centímetros se fueron difuminando a medida que el partido iba ganando en vivacidad. Eso y la aparición en escena de Alberto Rodríguez quien salió airoso en cada embestida contra el gigante húngaro.

Ni la segunda falta de Taylor García alteró las cartas de navegación de los de Yago Casal. Poco a poco se fueron ampliando las rentas y dos triples consecutivos de Javi Patiño y Emilio Oubiña dispararon a los amarillos hasta alcanzar una jugosa diferencia de 17 puntos como máxima de un primer cuarto que terminó con un 25-10 en medio de una satisfactoria sensación de grandísimo esfuerzo defensivo en lo colectivo. Una de las víctimas de ese trabajo fue el internacional junior Javier Marín, quien en ningún momento se sintió cómodo dirigiendo a su equipo por el grandísimo trabajo de Juanchi Orellano.

El rebote ofensivo de los de Pep Cargol entró en escena y dió un giro de 180 grados a la dinámica establecida. Javier Hernández fue encontrando su espacio en la anotación y las diferencias se fueron estrechando. El Xuven no encontraba el equilibrio al perder la batalla en el juego interior. Solo Emilio Oubiña mantenía el tipo con algún espectacular tapón incluido, pero no resultó suficiente para evitar que la diferencia al descanso se quedase en solo seis puntos (37-31).

Ni el descanso alteró la tendencia. El Olivar siguió recortando hasta situarse a tres puntos (41-38) incluso un golpe en el ojo de Taylor le obligó a pasar por la enfermería. Fue ahí cuando Alberto Rodríguez tiró de galones y volvió a abrir brecha con dos canastas. Eso y la zona ordenada por Yago Casal que tiró de sus trabajados recursos para desubicar el ataque maño. Orellano seguía aportando criterio y Juan Mato carácter para devolver la tranquilidad al término del tercer cuarto (55-44). Fue el principio del nuevo vendaval amarillo. Todos los jugadores aportaban en los dos lados de la cancha y Emilio ponía el espectáculo. El Xuven se situó por encima de los veinte puntos (69-48) a falta de unos cinco minutos que El Olivar no desaprovechó para endosar un parcial de 3-15 que le sirve para mantener viva su esperanza de conseguir la primera plaza.