El Celta necesita a Iago Aspas para aferrarse al sueño de la permanencia. El equipo vigués ha pagado muy caro el bajón de rendimiento del moañés en la segunda vuelta, condicionada por los rumores sobre su posible marcha a final de temporada y la sanción de cuatro partidos por el cabezazo a Carlos Marchena en el derbi ante el Deportivo.

El gran estreno del delantero moañés en Primera División, convirtiéndose en una de las revelaciones del campeonato marcando ocho goles hasta el ecuador de la competición se ha visto empañado en el segundo tramo de Liga, en consonancia con el rendimiento del Celta, que ha ido de más a menos desde el mes de agosto.

Con la final de mañana en el José Zorrilla, Aspas se propone recuperar su mejor versión y ayudar al equipo a seguir creyendo en la salvación, que pasa por ganar los dos partidos que restan y esperar que los rivales tropiecen.

Un argumento para creer en la resurreción del ariete es el gran rendimiento que ha mostrado contra el Valladolid, una víctima propicia del moañés, a la que le ha marcado en los últimos tres partidos que se han visto las caras. La pasada temporada, Aspas sentenciaba la eliminatoria de Copa del Rey anotando el cuarto gol del Celta y meses más tarde, en la victoria en Zorrilla con el gol en el descuento de Joan Tomás, el del Morrazo fue el encargado de empatar el tanto inicial de Javi Guerra con un tiro cruzado que se le coló a Jaime por debajo del cuerpo.

En esta campaña, el "10" céltico también fue decisivo para que el Celta se impusiese la mañana del día de Reyes al Valladolid, inaugurando el marcador con una gran definición tras una gran asistencia de Krohn-Dehli y deshaciendo después el empate transformando un penalti que el mismo provocó. Desde aquel encuentro, Iago Aspas no ha vuelto a ser el mismo, como él mismo reconoció ayer.

"No me están saliendo las cosas ni a mí ni al equipo en cuanto a resultados", señala el atacante.

El céltico quiere sacarse esa espina en los que serán, casi con total seguridad, sus dos últimos partidos con la camiseta del Celta, dejando a su equipo en la máxima categoría. La importancia del moañés en el ataque celeste es mayúscula, ya que entre sus goles y las asistencias a otros compañeros, ha participado en 17 de los 34 goles (un 50%) que suman los vigueses, un dato que resume perfectamente la dependencia que tiene el Celta del moañés en el aspecto ofensivo, más con las ausencias por lesión de Mario Bermejo y Park Chu-Young, que han dejado a Aspas como único delantero centro sano para el último tramo de competición.

El último gol del canterano céltico llegó hace tres jornadas, un tanto que valió un empate ante el Athletic de Bilbao. Antes, en toda la segunda vuelta, Aspas solo pudo enviar el esférico a la red ante Granada y Real Madrid. El moañés tiene mañana en Valladolid la oportunidad de reencontrarse con su mejor versión y ayudar a su equipo a seguir soñando con Primera División.