El pasaporte, una evolución del seguimiento longitudinal practicado en algunos países, será la principal novedad que presentará la Unión Ciclista Internacional (UCI) en la cumbre antidopaje que tendrá lugar la semana próxima en París, señaló Gripper en una entrevista que hoy publica "Le Monde".

Este instrumento "permitirá establecer el perfil hematológico y de esteroides y vigilar más eficazmente si un corredor ha recurrido a manipulaciones sanguíneas o de esteroides", señaló Gripper.

Para la responsable de dopaje de la UCI, este instrumento supone "un nuevo planteamiento para eliminar el dopaje" basado en la fijación de límites individuales en cada ciclista, frente a los límites absolutos que existen en la actualidad, lo que permitirá detectar cambios en los mismos.

A modo de ejemplo, Gripper señaló que ahora un ciclista es apartado de una carrera con un nivel de hematócrito superior al 50 por ciento, mientras que con el pasaporte cada ciclista tendrá fijado una tasa máxima propia definida.

Con este nuevo sistema, la UCI espera poder acabar con el dopaje de las autotransfusiones de sangre, indetectables en la actualidad.

Además, también podrá combatirse el uso de la testosterona, que la UCI sospecha que sigue siendo "importante" en el pelotón sobre todo en dosis pequeñas, según Gripper.

Para elaborar el pasaporte, cada ciclista deberá pasar al menos seis controles anuales en los que se medirán cinco parámetros sanguíneos.

Los primeros controles comenzarán a principios del año próximo y la UCI espera que para el Tour de Francia, en julio próximo, se disponga de suficientes parámetros para que el nuevo instrumento sea operativo.

"Vamos a aumentar el número de controles en 2008 de forma significativa, sobre todo fuera de competición, con el objetivo de recoger diez muestras sanguíneas y cuatro urinarias por corredor", dijo.

Seis laboratorios homologados participarán en la conservación y el análisis de las muestras.

La UCI pretende que las informaciones obtenidas a partir del pasaporte biológico sirvan para sancionar a los ciclistas, algo que está previsto en la nueva versión del Código Mundial antidopaje que debe ser adoptada en Madrid entre el 15 y el 17 de noviembre próximos.

"A través de la elaboración de perfiles y la calidad de las informaciones que serán recogidas, el pasaporte biológico podrá dar una acumulación de pruebas de dopaje, suficiente como para traducirse en sanciones", aseguró Gripper.

Hasta ahora sólo puede sancionarse a un ciclista en cuya sangre u orina se han encontrado sustancias dopantes, pero el nuevo código señala que también pueden ser consideradas como pruebas de dopaje las "conclusiones obtenidas a partir del perfil sanguíneo o urinario de los atletas".

Gripper afirmó que desde el año pasado trabajan con la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) para dar cobertura jurídica al pasaporte y permitir que sea base para imponer sanciones de dos años.