El holandés Tom Dumoulin (Sunweb) siguió vestido de rosa tras lograr el título en 2017 después de una espectacular contrarreloj en la que voló para imponerse en el reto individual de 9,7 kilómetros que abrió el Giro 2018 y tuvo como inédito escenario las calles de Jerusalén. Dumoulin quitó el precinto al maillot rosa con la ley del más fuerte, mostrando sus galones de campeón del mundo de la especialidad a una velocidad de 48,3 kms/hora, superando por 2 segundos al australiano Rohan Dennis (BMC) y al belga Victor Campenaerts (Lotto Soudal).

'La mariposa de Maastricht', de 27 años, aseguró la víspera que no se iba a suicidar si no ganaba la crono inicial, pero en la carretera rodó son superioridad, mostrando sus credenciales de favorito, hasta alcanzar el honor de ser el primer líder del Giro en Tierra Santa.

Un riesgo que revaloriza la moral de Dumoulin, que se estrenó en la temporada y que, sin embargo, siembre dudas en su gran rival, el británico Chris Froome (Sky), que se fue hasta el puesto 21 a 37 segundos del holandés, un tiempo precioso teniendo en cuenta la capacidad del jefe de filas del Sky y la escasa distancia de la prueba.

Un pellizco a las primeras de cambio para Froome, tal vez afectado por una caída que sufrió por la mañana mientras reconocía el recorrido de la contrarreloj. Tampoco le fue muy bien al francés Thibaut Pinot (Groupama), que se dejó 33 segundos, ni al italiano Fabio Aru, que perdió 50 segundos.