La UD Las Palmas consumó su descenso matemático a Segunda División al perder en casa ante el Deportivo Alavés, resultado que sí le sirve al conjunto vitoriano para asegurar la permanencia una temporada más en la élite del fútbol español. Un doblete del hispano-marroquí Munir y los tantos de Álvaro Medrán y Rubén Sobrino dieron el claro triunfo al conjunto vasco en la despedida del equipo canario de la Primera División, en una jornada marcada por las continuas protestas de sus aficionados, frustrados por el desenlace de una temporada para borrarla del historial.

En un ambiente enrarecido, con el presidente Miguel Ángel Ramírez, y el entrenador, Paco Jémez, en el centro de la diana de los reproches del público, fue Las Palmas quien sobre el campo tuvo mayor posesión durante el primer tiempo, aunque prisionero de sus limitaciones. El Alavés no pasó apuros para llegar al vestuario con la portería imbatida, pero se le echó en falta una mejor salida de balón y exigir más a un rival presionado por la guillotina del descenso.

Tras el descanso, Paco Jémez no dio con la tecla y los dos cambios que hizo, variando por enésima vez el dibujo táctico, con defensa de tres hombres, resultaron letales para sus intereses. Los amarillos no tuvieron capacidad de reacción y el Alavés esperó con paciencia, aseguró su ventaja y la amplió. El partido acabó con un duro resultado en contra para Las Palmas, en su despedida de la categoría, pero su destino había quedado sentenciado mucho antes. Mientras, el Alavés pudo celebrar la salvación matemática que ha encontrado tras reaccionar con la llegada al banquillo de Abelardo.

"Más allá de ser un día muy triste para todos por irnos a Segunda División, también lo es por el resultado, que nos ha dejado sin posibilidades; queríamos retrasarlo, pero no ha podido ser, y el descenso ha llegado de la peor manera que se podía esperar", ha explicado Paco Jémez ante los periodistas.

"A la afición es difícil decirle algo que le valga, cualquier cosa será poco y sonará a excusa. Estamos tan tristes como ellos, no queríamos que llegara este momento, pero vamos a seguir trabajando porque todavía hay muchas cosas por las que luchar y debemos ser responsables con la imagen del equipo y del club", ha apuntado.

"No sólo es uno de los peores momentos de nuestra vida deportiva, sino también privada, porque esto también influye", ha resumido. Jémez ha vuelto a dejar claro que la marcha de Jonathan Viera a China fue "un suicidio deportivo" para el equipo. De su futuro en el banquillo isleño ha subrayado que no quiere saber "nada" hasta que finalice la temporada en mayo, pero sí ha dicho que nadie del club se ha puesto en contacto con él para una posible renovación.