Rápido de Bouzas y Coruxo se ajustaron a la perfección al guion que marca el desarrollo de un derbi como el que ayer se disputó en el Baltasar Pujales. Buena entrada de aficionados, pocos goles, menos fútbol y polémica.

Y es que el partido estuvo marcado por el penalti que el colegiado del encuentro señaló en el minuto 38, por un agarrón de Campillo sobre Kaxe. La polémica no viene por la señalización de la pena máxima, sino por que la jugada viene de un saque de falta en donde el asistente levanta la bandera señalando fuera de juego de un jugador del Rápido. En lugar de mantener su posición, la baja, y la jugada acaba en el penalti y la expulsión de Campillo, que veía la segunda amarilla.

No cabe duda que fue una jugada que influyó de forma decisiva en el desarrollo del encuentro, pues hasta ese momento ni uno ni otro equipo habían sido capaces de desarrollar un poco de fútbol que hiciera salir a los aficionados de su sopor.

Borja Jiménez no sorprendió en su "once" inicial, formando de cara con Carlitos y Kaxe, claro mensaje de que iban a por todas en el derbi. Sáez tuvo que recomponer su "once" tras la lesión de Mateo, que se levantó con problemas musculares y no pudo ser de la partida. Para colmo de males, a los quince minutos el técnico de A Seca debió hacer su primer cambio tras los problemas de Borja Yebra en los isquiotibiales.

Pero a pesar de las pretensiones y de los problemas, el derbi seguía el guion establecido, con balones en largo para buscar el área rival, pero sin la precisión necesaria para que hubiera sensación de peligro, pues lo más cercano a una ocasión fueron disparos desde fuera del área o algún remate de cabeza que salió excesivamente desviado. Una situación nada extraña y, en cierto modo, previsible.

Pero llegó la jugada del penalti, del fuera de juego no señalado y de la expulsión de Campillo. Un golpe excesivamente duro para el Coruxo, que vivió unos momentos de descontrol al verso desbordados por la situación y por el giro que había dado el encuentro en ese preciso momento.

En los minutos siguientes al gol de Óscar Sielva, el Coruxo trató de adaptarse a la nueva situación, colocando a Mario en el lateral, posición que ocupaba Campillo hasta el momento de su expulsión. Por su parte, el Rápido tenía el partido en el mejor escenario posible, con ventaja en el marcador y superioridad numérica sobre el terreno de juego, por lo que dejó transcurrir los pocos minutos que quedaban para llegar al descanso y plantear el nuevo escenario para la segunda parte.

El Coruxo sabía que tendría problemas para jugar en corto en el centro del campo, por lo que optó por tratar de hacerlo con balones en largo, pero este es una forma de juego que no suelen utilizar, por lo que les costó adoptarse a ella, y la mayoría de los balones terminaban en las botas de los jugadores del Rápido, que se encontraban cómodos con la situación que se había creado.

Los hombres entrenados por Borja Jiménez buscaron un robo de balón en el centro del campo para salir con velocidad a la contra, y es que el Coruxo trataba llegar a las inmediaciones del área de Brais y dejaba huecos por los que entrar. La ocasión más clara fue para Carlitos en el minuto sesenta y tres, cuando se aprovecha de un desajuste para plantarse solo ante Alberto, que logra desbaratar el peligro. El esfuerzo físico comenzaba a pasar factura, por lo que Borja Jiménez introdujo los primeros cambios para refrescar la línea medular. Los aurinegros se encontraban cómodos con la situación que se había creado y solo esperaban una oportunidad para sentenciar el partido. Esta llegó a diez minutos para la conclusión del encuentro por medio de Kaxe.

Duro golpe para un Coruxo que sigue al borde del abismo, todo lo contrario del Rápido, que vuelve a puestos de play off.