El Rápido de Bouzas termina con su racha de cinco partidos sin ganar a costa del Coruxo. El conjunto aurinegro se llevó el derbi vigués (2-0) disputado esta tarde en el Baltasar Pujales. El equipo verde, por su parte, terminó el encuentro muy enfadado al sentirse perjudicados por la decisión del árbitro que determinó el resultado. Un penalti y una expulsión señalados por el colegiado al filo del descanso a la vez que su linier le señalaba un fuera de juego marcó el rumbo de un partido que parecía encaminado al cero a cero.

Antes del gol ni Rápido ni Coruxo habían conseguido llevar peligro al área contraria. El abuso del patadón deslucía un derbi en el que ninguno de los dos contendientes quería cometer errores. Pero todo cambió en el minuto 38. En un saque de falta a favor de los locales el linier señaló fuera de juego, pero el árbitro pitó penalti de Campillo sobre Kaxe y expulsó al jugador del Coruxo. Óscar Sielva, desde los once metros, engañó al portero y anotó el primer tanto de la tarde.

En la segunda mitad los boucenses hicieron valer su superioridad numérica para controlar el encuentro. El Coruxo no perdió la cara al choque y presentó batalla hasta que a diez minutos del final Kaxe aprovechó un pase elevado al interior del área para batir al guardameta verde por el palo corto.

Con esta victoria el Rápido de Bouzas adelanta al Navalcarnero y se coloca cuarto, en puestos de play off. El Coruxo sigue sin resolver la permanencia y se mantiene en una peligrosa decimosexta posición.