Álvaro García Barbero disputó la Vig-Bay por primera vez en 2014. Se enamoró de la prueba y ayer la disputó por quinto año consecutivo. "La conocí por Moncho, el primo de mi mujer", explica el madrileño. "Yo llevo veinte años corriendo y me habló de esta carrera", anuncia. Moncho es uno de los animadores del "Kilómetro Gaiteiro", que ameniza al pelotón con música tradicional después de que los corredores pasen por Monte Lourido.

De sobra es sabido que la Vig-Bay engancha. Álvaro García es una prueba de ello. Y este año ha querido compartir la experiencia con algunos de los integrantes de su equipo 'Sirius'. "Somos unos 40 corredores y a la Vig-Bay hemos venido unos 12", auncia.

Muchos han hecho un hueco en su agenda para comprobar de primera mano si es verdad eso que cuenta Álvaro García de la cita. El entorno, las vistas, el recorrido, la buena organización... Todo son halagos para una carrera que el año que viene cumplirá 20 años. "Nos gusta elegir carreras cómodas, asequibles para diferentes niveles, con una buena organización y con un entorno bonito", dice García, que añade que "la Vig-Bay reunía todos esos requisitos, así que les he convencido para que vengan", prosigue.

Los atletas del equipo 'Sirius' muestran últimamente predilección por carreras de un perfil menos urbano. "Ahora disputamos más trails o citas de campo a través", matiza. Pero la Vig-Bay parece reunir requisitos para que merezca la pena el desplazamiento desde Madrid. "No es una carrera excesivamente complicada, pero tampoco llana. No es para hacer tu mejor marca, pero sí que te puedes exigir durante la carrera", apunta. Lo más importante, "es una cita que nos permite disfrutar", ya no solo de la competición, sino del entorno.