El Real Madrid ganó por 78-65 ante el Mombus Obradoiro, que sólo inquietó en los primeros minutos, y con esta victoria se convierte en el primer equipo de la Liga que tiene la clasificación matemática para los playoffs.

El Real Madrid llegó tarde al partido. Exactamente 7 minutos tarde. Cuando Pablo Laso pidió tiempo muerto, el marcador señalaba un 8-18 inesperado. Los jugadores del Real Madrid despertaron con un parcial de 15-0, en el que Carroll ejerció de asesino silencioso.

Con algo de defensa y un poco más de velocidad en el movimiento del balón en ataque, el Madrid recuperó los numeros azules en el marcador, pero todavía le quedaba un problema por solventar, la defensa en el poste bajo en el que Bendzius y Radovic hicieron auténticos destrozos. Fue Felipe Reyes el que ocupó su posición natural y levantó un muro inexpugnable.

Del 8-18 reseñado en el minuto 7 se llegó al descanso con un 40-32, es decir 32-14 de parcial, con el Madrid rotando jugadores, dando minutos a los jóvenes y los menos habituales y preservando a los más castigados por el cansancio.

En la continuación el Madrid bajó un poco el pistón, pero también lo hizo el Obradoiro, que tuvo menos fe que en el inicio del partido. Así las cosas los líderes de la competición fueron abriendo brecha en el marcador sin que el equipo gallego pareciera tener algo más que ofrecer más allá de su brega.

"Comenzamos bien, pero el Madrid reaccionó y nos fue imposible seguir su ritmo. En el último cuarto, con el partido ya decidido, intentamos seguir trabajando. Es lo que nos queda, trabajar por mucho que las cosas nos vayan mal", dijo Moncho Fernández. "Al final las derrotas se producen por pequeños detalles, porque seis u ocho puntos son eso, pequeñas cosas, un rebote, una pérdida tuya y un acierto del rival", añadió.

Respecto a la posible lesión del capitán del equipo, Pepe Pozas tras un choque con el mexicano Gustavo Ayón, el técnico comentó que tenía "la pierna y la zona del sacro muy doloridos".