El Barcelona salvó anoche su condición de invicto en la jornada 30 de LaLiga Santander al empatar (2-2) ante el Sevilla con goles de Luis Suárez y Messi en el 88' y 89', respectivamente, truncando un festival andaluz que dominó y perdonó ante un líder perezoso e inoperante hasta que encontró la luz en un minuto de gloria en el Ramón Sánchez-Pizjuán.

El cuadro local saltó con todo sin pensar en la 'Champions' y maniató al Barça en el medio del campo con N'Zonzi y 'Mudo' Vázquez. El líder estuvo dormido en defensa y sin pólvora en ataque en el regreso a la competición tras el parón por selecciones. El Sevilla mandó con 2-0 y perdonó muchas contras que terminó pagando.

A media hora del final entró Messi y su efecto pareció diluirse sin remedio. El Sevilla manejó los coletazos que desató el argentino en su entrada al campo, después de perderse los dos recientes amistosos con su selección. Cobijado y perdonando muchas contras para sentenciar, el cuadro de Vincenzo Montella terminó cediendo terreno ante el acoso rival.

Suárez y Messi salvaron al Barça de un 2-0 a tres minutos del final, para sumar ya 37 jornadas ligueras sin perder y seguir la racha triunfal en lo alto de la tabla. Un cambio de guion in extremis para afrontar con buenas sensaciones la ida de cuartos de final de la Champions ante la Roma. Mientras, el desgaste del once típico del Sevilla no trajo premio antes del choque con el Bayern el martes.

El once habitual sevillista, con la vuelta tras lesión de Jesús Navas, no se guardó nada. La salida sin contemplaciones encontró el refuerzo del gol en un Sevilla que tuvo la goleada. Ernesto Valverde se reservó a Messi y el argentino terminó alimentando la famosa 'Messidependencia'. Suárez avisó de inicio en dos buenas opciones, después comenzó a desaparecer.

Mientras, Correa y Muriel tuvieron las del Sevilla. En el Barça faltaba la pieza clave y la dependencia de Messi se hizo palpable ante un rival crecido. Faltaban soluciones mientras N'Zonzi y el 'Mudo' eclipsaban a Rakitic e Iniesta, ni Coutinho ni Dembélé aparecían, y la defensa hacía aguas con el argentino del Sevilla anotando sólo en área pequeña.

Tras el descanso, el Barça confirmó su estado de torrija y Muriel puso el 2-0. El Sevilla se gustó ante un rival perdido hasta que saltó Messi al césped por Dembélé. Un líder indiscutible que mostró falta de ritmo pero que encendió a sus compañeros. El Barça no pudo evitar las salidas en superioridad del rival, con Navas y Muriel perdonando lo imperdonable, pero se abalanzó sobre su presa.

El antídoto Messi se tomó su tiempo, pero llegó para salvar la condición de invicto de los de Valverde. Suárez cazó un balón en el segundo palo de un córner y Messi la rompió desde la frontal un minuto después. Un gol que cambió la cara del '10', tras el bajón del Wanda Metropolitano con Argentina, y la de un Barça que mantiene el tirón en el tramo decisivo con el triplete en mente.