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baloncesto

La tradición de entrenar

El Seis do Nadal, que celebra su 35º aniversario, dispone de un cuerpo de 40 técnicos, que en su mayoría se formaron antes como jugadores en el propio club

De izquierda a derecha: Francisco Javier García, Uxía Martínez, Jorge Martínez, Sergio González, Brais Álvarez, Aalí Mohamed, Hugo López. // José Lores

Un vídeo recorre las redes sociales y grupos de Whattsapp. Frank Martin, entrenador de los South Carolina Gamecocks, equipo universitario estadounidense, habla del baloncesto en formación. Dos minutos y medio de canto de amor a los técnicos y árbitros de categorías inferiores; también de ácida crítica a aquellos padres que se inmiscuyen en la tarea de unos e insultan a los otros. "Sí, lo he visto", admite Francisco Javier García, uno de esos que entregan parte de su vida a la enseñanza del juego como miembro del Seis do Nadal.

El club vigués encara su 35º aniversario convertido en la cantera más numerosa de Galicia: 700 jugadores que precisan la consiguiente atención. Cuarenta personas, entre técnicos y delegados, cuidan de ellos. "La mayoría ya fueron antes jugadores nuestros. Esa es la dinámica, aunque también podemos traer a alguien para completar la estructura", explica el coordinador, Sergio González. Fran García no es de enrolamiento temprano, pero sí de larga fidelidad. Llegó a los 23 años para formar parte de la plantilla sénior y ya suma dos décadas en la entidad. Esta temporada dirige a los equipos júnior femenino y sénior femenino B, además de dedicarse a las escuelas. Confirma: "Casi todos los entrenadores del club somos gente que jugamos primero en él. Nos enganchan y nos quedamos ya a entrenar aquí. Algunos vienen de fuera porque son muchos equipos y cubrir el cupo es complicado".

La directiva del Seis do Nadal no promueve un estilo concreto de baloncesto entre su extensa nómina de técnicos, pero sí un modelo, que Sergio González define como "de máxima implicación. Todo el mundo hace de todo". García reconoce: "Tenemos unas pautas de comportamiento. A lo hora de entrenar, cada uno trata de aplicar su forma de entender el baloncesto El club nos marcó algunos grandes rasgos, como jugar dinámico o tratar de no hacer mucha defensa en zona, sobre todo en categorías inferiores. Pero luego cada uno tiene libertad para aplicar su estilo".

A los entrenadores del Seis les gusta esa combinación de un marco general que define su tarea y un amplio margen de autonomía para aplicar las ideas propias. "Está bien que te marquen pautas. Gusta que alguien que juega contra el Seis do Nadal y sepa qué se va a encontrar. Pero para la gente nueva está a la vez bien no tener el agobio de hacer eso que le mandan y poder experimentar un poco con lo que sabe, con lo que escucha, con lo que pregunta. Tenemos bastante libertad", resume.

El libro de estilo también alcanza a las familias de los jugadores. Frank Martin perora sobre esos progenitores que intentan enmendarle la plana a los entrenadores de sus hijos. Fran García conoce el problema, aunque no demasiado en carne propia. "Hay de todo. En el Seis, en este sentido, los padres son bastante coherentes. Somos un club familiar y eso marca todo, a entrenadores, jugadores y padres. Tatamos de implicarlos, sobre todo en categorías inferiores, en tareas como los desplazamientos de los equipos. De júnior para arriba ya es más complicado. Pero están bastante concienciados y no suele haber ese tipo de guerras que se ven en otros campos y que son bastante lamentables".

La baja edad media caracteriza también al cuerpo técnico del Seis. Aali Mohamed, presente desde la fundación, ejerce como patriarca del clan. Fran García se sitúa entre los veteranos a los 43 años. A Sergio González, coordinador desde hace una década, se la avecina la treintena y son muchos los que, como él, han comenzado a dirigir en la adolescencia. "Algunas veces recibimos críticas por la juventud de nuestros entrenadores y a mí me parece un rasgo muy positivo", defiende González. "Es algo que nos proporciona continuidad y estabilidad".

Relación entre generaciones

El coordinador controla además los tiempos de cocción, qué cargo y qué escuadra adjudica a cada cuál en función de su estado de madurez. Fran García elogia a sus compañeros más tiernos, desprovistos de impertinencia. "La gente joven que está entrando es coherente a la hora de entrenar y pregunta mucho a los que llevamos más tiempo, nos piden ideas", describe García. La idiosincrasia del Seis do Nadal facilita ese relación fructífera entre generaciones: "Los que llevamos toda la vida los entrenamos antes, los conocemos de cuando eran jugadores. La convivencia es muy buena. Todos quieren aprender, preguntan, quieren colaborar. Estamos encantados".

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