De la Ciudad de la Velas (Auckland) a Itajaí (en el Sur de Brasil), pasando por el siempre respetado Cabo de Hornos. La séptima etapa de la vuelta al mundo aglutina muchos desafíos a nivel de navegación y también de vida a bordo, y las tripulaciones tienen que prepararse para adaptarse lo máximo posible y sobrevivir a las condiciones adversas.

Una vez la flota parta de Auckland el próximo domingo, el verano neozelandés se irá disipando dando paso a temperaturas cada vez más frías que bajarán en picado conforme avance al Sur. Una vez entre de nuevo en el Atlántico los termómetros comenzarán a subir, pudiendo estar por encima de los 30ºC en la costa brasileña.

"Empezaremos con una temperatura posiblemente en torno a los 20/25ºC con lo cual saldremos en camiseta y pantalón corto, quizás con alguna cazadora fina si hay viento. Luego según vamos bajando la temperatura también lo hace, sobre todo la del agua que es lo que más nos afecta a nosotros. Cuando estemos por Cabo de Hornos la temperatura del agua puede estar a 3/4ºC y la sensación térmica por debajo de cero grados", explica Pablo Arrarte. El cántabro sabe de lo que habla: ha doblado Hornos hasta en tres ocasiones.

"Con toda probabilidad es la etapa más fría, y el frío se combate con ropa", apostilla el tripulante del MAPFRE con más fama de friolero. Arrarte no lo oculta. "Como en cualquier lado, hay gente que pasa más frío y gente que pasa menos. Yo soy uno de los que más frío tiene siempre y, por tanto, para mí la ropa es una de las claves de esta etapa".

"Poder estar a una buena temperatura en el Océano Sur cuando hay mucho viento y olas te permite seguir trabajando a un buen nivel y ritmo, y eso afecta directamente al rendimiento del barco".

"Del abanico de posibilidades uso prácticamente todo. Salimos con camiseta y pantalón corto, y luego empezamos a poner térmicos cada vez más gordos", apunta. "Cuando las condiciones son muy duras y además están exhaustos, evitan desvestirse todo lo que pueden para no desperdiciar horas de sueño. No obstante, como apunta Pablo, existen ocasiones en las que no queda más remedio que quitar capas.

"Cuando estás con todas las capas puestas, si te desvistes -como por ejemplo para ir al "baño"- tardas tranquilamente unos 20 minutos", apunta.