El pasado mes de junio Adrián Paz puso fin a su aventura en Dubai, donde estuvo dos temporadas con el Al Nasr Club, con el que conquistó la Copa Presidente y la Supercopa de los Emiratos Árabes. "Al final hay etapas en todo y allí se consiguieron unos objetivos que jamás pensamos que podríamos obtener, pero al final el club tampoco tenía mucha intención de continuar con el área de fútbol sala y tanto el entrenador como yo teníamos que tomar una decisión. Me tuve que ir", avanza.

Hizo la maleta y regresó a casa. Al final del verano pasado recibió una llamada. Entraba a formar parte del cuerpo técnico de la selección española. "Un privilegio", reconoce. Antes había participado en un clinic en Beirut en el mes de agosto y en otro en junio en Milán. "Siempre acabas conociendo gente, es una manera de estar en contacto con gente de nuestra área", explica. En ambos cursos coincidió con el seleccionador nacional, Venancio López, que a la postre se convertiría en su "jefe". "Era una propuesta para trabajar con la selección pero no en un área determinada. Yo estoy de preparador físico y de entrenador de porteros de las chicas, tanto de la categoría absoluta como de la sub 17. En la masculina, además, también ejerzo de entrenador de porteros de las categorías inferiores", apunta.

Su presencia con la absoluta en el pasado Europeo "en condiciones normales no se daría porque ya hay compañeros que cubren esas plazas, lo que pasa es que en campeonatos más importantes como un Europeo o un Mundial siempre se refuerza el cuerpo técnico porque hay más trabajo", explica: "Es el cuerpo técnico de otras categorías de la selección quien refuerza ese trabajo".

Adrián Paz está muy agradecido de haber podido vivir esa experiencia. "Lo hubiera firmado hace mucho tiempo, y también hubiera firmado llegar a la final y no perderla", se lamenta. "Ahora, después de un poco más de una semana, lo ves en frío y lo piensas objetivamente y te duele porque tú no sabes si vas a tener la oportunidad de volver a llegar ahí. La plata está muy bien, pero la gente al final solo se queda con el resultado y no valoran el proceso de tantos días y tantas horas de trabajo que hay detrás. Los que estamos dentro lo valoramos, pero no todo el mundo lo ve así y es injusto porque esos chicos se han dejado la piel, lo que pasa es que no siempre se puede conseguir", analiza.

La exigencia de una selección como la española, que buscaba en Eslovenia su octavo título continental debe ser siempre "un reto, no una situación que te genere estrés". "En los últimos Europeos se han ganado tres campeonatos, se ha logrado una plata y un bronce, lo que pasa es que la gente se habitúa a que España gane siempre. Es más, el balonmano acababa de ganar una semana antes el Europeo. La marca España se asocia siempre a ganar, pero es que a veces hay que valorar la dificultad de llegar a una final de un campeonato de Europa, que parece que todos los días lo conseguimos y no es así", esgrime.

Tras la experiencia con la absoluta, Adrián Paz retomará su trabajo con el equipo femenino y con las categorías inferiores. "Ahora en marzo tenemos una concentración con la sub 18 de chicos y ya estamos con ganas de empezar de nuevo. Cuando sucede algo así, lo mejor es empezar cuanto antes", afirma.

Su experiencia en Eslovenia le ha servido, además, para valorar el sistema de trabajo del que ahora forma parte. "Es diferente el trabajo en un club al que se realiza en una selección, que se trabaja en concentraciones. Hay que adaptarse un poco. Al final te adaptas a la metodología y aportas tu visión. Hay libertad total para trabajar, pero siempre adaptada a una metodología", explica el pontevedrés.

Concentración

El Europeo supuso un trabajo extra, pero "lo bueno de este grupo es que estamos todos para todo". "Una persona que trabaja de preparador físico, si tiene que ayudar al scouting, lo va a hacer; eso ayuda a estar a gusto en el día a día. Además, durante 26 días tenemos que estar codo con codo todos juntos y lo habitual sería que surjan problemas del día a día, pero en este grupo de trabajo es todo lo contrario, ya que la mano del compañero está siempre dispuesta a ayudarte", apunta. "Es un grupo que te ayuda en todo".

Cuando le propusieron viajar con España confiesa que sintió "algo así como mariposas en el estómago". "Representar a tu país y trabajar para conseguir algo con la bandera de tu país es algo indescriptible. Cuando te ves ahí con la camiseta, escuchas el himno y ves a la gente que te rodea, te emocionas quieras o no quieras". Además, la "convivencia" con sus compañeros de trabajo fue insuperable. "Cada uno hace su trabajo, pero cuando terminan lo suyo vienen a ayudarte y yo eso no lo viví en ningún otro sitio. Es algo que me llena enormemente", valora.

"Te hacen sentir que cada uno es importante y que si está ahí es por algo. Da igual quien seas y lo que hagas en la selección. Hace que todos nos sintamos parte de este éxito". Adrián Paz apunta que sería "injusto" calificar esta experiencia como "la más gratificante" de toda su carrera, pero sí "una de las más gratificantes" porque "es un campeonato de Europa, con la selección de tu país". "Hubiera sido lo máximo si hubiéramos ganado, pero llegar ahí hay que valorarlo porque igual no se vuelve a llegar nunca más".

Una vez que España perdió la final ante Portugal, el vestuario analizó el futuro. "Lo hablaba con Pola, que queremos hacer ver que hay un trabajo detrás y hay factores que no dependen de nosotros, que no se pueden controlar y el deporte no siempre es justo, ya no solo por el resultado, sino porque hoy estás en la selección y mañana puedes no estar. Es otra de las razones por las que teníamos tantas ganas de aprovechar esta oportunidad. Es importante siempre aprovechar el momento".

Ahora dedica todo su tiempo a la selección, pero también aprovechará su regreso a casa para terminar su tesis: "La voy a retomar. Solo me queda escribirla y leerla". Algo que planea para este verano. "Ahora con todo el volumen de trabajo que implica estar en la selección, con el preolímpico de las chicas sub 17, el IV Naciones de la absoluta femenina, además de varias concentraciones de otras categorías, el tiempo hace falta. Yo ahora puedo estar trabajando en casa, pero estoy preparando la concentración de marzo", subraya.

Confiesa que durante los siete años que estuvo fuera "tenía la morriña que tenemos todos los gallegos, porque eso viene en el pack, pero yo creo que en extranjero quizá me queda alguna etapa por vivir, pero en el ámbito personal han sido unos años en los que han fallecido mi abuelo y mi padre", relata. "En Dubai las cosas no estaban muy claras y mi madre estaba sola, así que volví a casa. He vivido cosas que jamás pensé vivir, me considero un privilegiado, pero a veces hay que valorar otras cosas".

Antonio Bores, "el espejo donde mirarme cada vez que trato de crecer y ser mejor" y Venancio López, que es el que "me ha dado la oportunidad y el responsable de que yo pudiera disfrutar de todo esto" son las dos personas a las que estará "eternamente agradecido" por hacer que su 'oficina' sea un lugar donde sentirse un privilegiado.