El Barcelona pasó en Ipurúa una prueba de fuego antes de la visita del martes a Stamford Bridge. Ernesto Valverde advirtió a sus jugadores de la importancia del partido frente al Eibar con un "once" que podría repetirse frente al Chelsea. El líder nunca estuvo cómodo ante un equipo que presionó y asaltó con fiereza el área azulgrana, aunque la infantil expulsión de Orellana le permitió afrontar el tramo final con más tranquilidad. Messi se quedó sin marcar, pero dio una exhibición en la dirección del juego y las asistencias. El tanto de Jordi Alba en el minuto 88 dio la tranquilidad definitiva al Barça, que como mínimo mantendrá los siete puntos de ventaja sobre el Atlético que juega hoy su partido en el estadio Metropolitano.

En un comienzo de partido marcado por la intensidad y la alta presión del Eibar, el Barça optó por resistir ante las constantes llegadas del rival y esperar a un contragolpe. Tras un cuarto de hora vertiginoso, el Barça se adelantó con un gol de Luis Suárez, que aprovechó un milimétrico pase de Messi para regatear a Dmitrovic y marcar a puerta vacía.

El Eibar no bajó los brazos y pocos minutos después Orellana tuvo la mejor ocasión para empatar, con un lanzamiento que tocó el larguero defendido por Ter Stegen. El Barça replicó con un lanzamiento de Messi que fue a la madera, el decimoséptimo palo del argentino, que lleva 20 goles.

En el segundo tiempo, el Barça comenzó a ganar peso en el partido. Valverde movió el banquillo y retiró a Iniesta, pensando en el Chelsea, para dar entrada al brasileño Coutinho. Además, el Eibar sufrió una doble expulsión. Primero fue Orellana, que después de ver la tarjeta por una entrada sobre Umtiti, se ganó la segunda tras desplazar el balón con la mano. Poco después fue el propio José Luis Mendilibar el que, tras protestar con vehemencia, resultó expulsado por Hernández Hernández, en el que fue su partido número 100 al frente del conjunto armero.

A partir de ahí, el Barça controló el partido, liderado por Messi, que siguió desequilibrando a la zaga armera con sus regates y sus pases. Valverde realizó otro ajuste, con la entrada de Aleix Vidal por Paulinho para cerrar el resultado en Ipurúa. Aunque el Eibar nunca se rindió, pero se encontró con la fortaleza defensiva barcelonista, sobre todo en el juego aéreo de Piqué y Umtiti, que respondieron al bombardeo de centros desde las bandas.

En los últimos minutos, el Barcelona tuvo llegadas muy claras, salvadas casi siempre por Dmitrovic, que impidió el gol de Messi tras un cambio de juego de Coutinho y asistencia de Aleix Vidal. El balón rechazado por el guardameta quedó a pies de Jordi Alba, que acertó a marcar con la derecha.