Cumplido el objetivo de certificar la permanencia en la categoría, el Rápido de Bouzas afronta un nuevo reto en este su debut en la categoría de bronce del fútbol español. Los jugadores entrenados por Borja Jiménez le han echado ahora el ojo a la clasificación para la próxima edición de la Copa del Rey, y de momento van también camino de conseguirlo.

En la próxima edición del torneo copero, participan los cinco primeros clasificados del campeonato, sin contar con los equipos filiales que no pueden participar en el torneo. Por lo tanto, tal y como está ahora la clasificación, con la presencia del Deportivo Fabril y del Atlético de Madrid B, el último equipo que jugaría la Copa sería el Talavera, que está a siete punto de los aurinegros. Los jugadores boucenses vuelven a repetir partido en el Baltasar Pujales tras la victoria del pasado fin de semana ante el filial celeste. Un terreno de juego que se ha convertido en un verdadero fortín para los jugadores entrenados por Borja Jiménez, en donde solo han perdido siete puntos tras cuatro empates y una única derrota, de ahí buena parte del éxito de la temporada.

En esta ocasión visita Bouzas el Valladolid B, equipo situado en puestos de descenso, pero con una victoria dormiría fuera de los puestos críticos de la categoría, pendiente de lo que hagan el resto de equipos en la jornada de mañana domingo. Un equipo, el pucelano, que ha sumado tres puntos en las últimas tres jornadas disputadas, empatando en Barreiro ante el Celta B, en los Anexos de Zorrilla ante la Ponferradina y el miércoles ante el Unión Adarve en partido aplazado en su día.

Borja Jiménez continúa sin poder contar con la totalidad de la plantilla, pues Andrade está lesionado tras el partido del pasado fin de semana ante el filial, y Javi todavía no ha podido debutar tras su fichaje en el mercado invernal. A ellos se une Ruxi, lesionado de larga duración para quien ya ha finalizado la temporada.

La semana de trabajo del equipo se ha desarrollado dentro de la más absoluta normalidad. La buena marcha en la competición se ve reflejada en los entrenamientos, con un grupo comprometido y que están obteniendo unos resultados impensables en el mes de agosto cuando comenzaron los entrenamientos. Lo que no se puede ocultar es que las dos próximas semanas pueden marcar un punto de inflexión en esta nueva etapa de los boucenses en la competición. Y es que tras el enfrentamiento de esta tarde ante el filial pucelano, la próxima semana visitan a un Cerceda que apura sus últimas opciones para salvar la categoría, aunque no pinta demasiado bien al tener la salvación a siete puntos, poco menos de la mitad de los que lleva sumados en la veinticinco jornadas disputadas hasta la fecha.

En el club se confía en que el Pujales registre esta tarde una buena tarde en sintonía con la afluencia de aficionados que esta temporada están acudiendo al campo.