Coge aire el Coruxo tras su importante triunfo de esta tarde en O Vao ante el Deportivo B. El equipo de Rafa Sáez, anclado en la parte baja de la clasificación, se impuso con justicia al segundo clasificado gracias a un solitario gol de Yebra que empujó en el segundo palo una jugada a balón parado.

Los vigueses consiguieron el objetivo de convertir el duelo en un ejercicio de incomodidad para el Deportivo B, que fue incapaz de sentirse a gusto en ningún momento. Solo al principio amenazaron la portería de Alberto. Después del gol, que llegó a la media hora de juego, los verdes se hicieron con el control casi absoluto del partido y solo pueden lamentarse el no haber aprovechado alguna de las ocasiones que tuvieron para solucionar el partido y evitarse las angustias finales.

Pero la gran noticia para el equipo vigués fue precisamente la gestión que hicieron de los últimos minutos del partido. Está reciente en sus memorias lo sucedido hace una semana en Ponferrada. En el Toralín ganaban por 0-1 en el minuto 90 y encajaron entonces dos goles que dejaron una profunda herida en ellos y una de esas derrotas que hacen un daño muy especial. Pero en esta ocasión jugaron el tramo final con absoluto control e impidieron que el equipo de Gustavo Munúa se acercase a su área.