El Rápido de Bouzas arrancó un valiosísimo punto en su visita al Cerro del Espino de Majadahonda en el encuentro que, a priori, se antojaba el más atractivo de la jornada, con dos equipos en un momento dulce de forma. El tanto del colchonero Stephane en los minutos finales neutralizó el firmado por Óscar Sielva, desde el punto de penalti, para adelantar a los aurinegros. Las expectativas quedaron ahogadas en un césped anegado por el aguanieve y por los copos que no dejaron de caer desde primera de la mañana y que empujaron más a abusar del futbol aéreo y de contacto.

En los primeros minutos, dos jugadas de tiralíneas entre Jorge Ortiz y Salomón terminaron con intervenciones de la ordenada zaga aurinegra ya en la frontal del área. Pero fue en el minuto 14 cuando los chavales de Óscar Fernández estuvieron a punto de adelantarse en el marcador: el vertiginoso Manny incursionó por la izquierda, cambió el juego con un pase largo a Arona y este centró al área chica ligeramente alto para la cabeza de Salomón, con Brais ya vencido.

Los rojiblancos fueron poco a poco sintiéndose más cómodos y, apenas tres minutos después, Toni Moya cabeceó al fondo de las mallas, aunque el canario Pulido Santana ya había anulado la acción por fuera de juego. A partir de ahí, los de Borja Jiménez trataron de desperezar sus líneas y poco a poco se fueron acercando con más peligro al portal de San Román. En el minuto 23, Kaxe protagonizó la jugada más clara hasta el momento, al disparar a bocajarro al pecho del meta rojiblanco. El inesperado rechace lo envió Isma por encima del travesaño.

El encuentro era ya un ir y venir cada vez más rápido, como el campo. Manny, una pesadilla para la zaga vigiuesa, forzó un córner que Toni Moya botó desde la esquina derecha y que casi convierte en gol olímpico al estrellarlo en la cruceta del segundo palo. Justo después, una mano señalada a Solano en el área y castigada con penalti y amarilla, fue transformada desde los once metros por Óscar Sielva en el tanto visitante. El Rápido había hecho los deberes y le dejó el balón al Atleti B, que trató de jugar las bazas que mejor le habían funcionado hasta el momento: la rapidez de Manny y el toque de Moya, pero ya sin frutos antes del descanso.

A la vuelta de vestuarios, el filial encerró al Rápido de Bouzas en su campo. Los vigueses se replegaron en la comodidad del marcador y le entregaron el balón a los colchoneros, pero sin perder un ápice de su orden defensivo y contando con la sobriedad de Brais. Los atléticos eran incapaces de crear ocasiones claras fruto de su dominio absoluto de la bola, hasta que el debutante y recién incorporado Stephane hizo justicia en el marcador.

A final, un merecido punto para cada uno de los dos equipos más en forma de la categoría. El Rápido tendrá que esperar a su partido aplazado contra el Guijuelo el miércoles para comenzar el cerco a la segunda plaza. Mérito de los 28 futbolistas que lucharon contra el césped y las inclemencias meteorológicas, pues a pesar de todo ofrecieron un partido con tensión, pundonor y disciplina de líneas.