El Godoy Maceira puso ayer en serios aprietos al Rocasa que salió vivo del pabellón de Porriño tras un partido en el que durante más de media hora fue a remolque del conjunto de Abel Estévez que le generó infinidad de problemas. Pero el arreón final de las canarias, el cansancio de las gallegas y el acierto en el lanzamiento de Mbengue y Pizzo (autoras de 19 goles entre ambas) acabaron por decantar el duelo y permitir a las canarias conservar la ventaja sobre sus dos perseguidores (Bera Bera y Mecalia Guardés) que ahora mismo se quedan a cuatro puntos aunque con un partido pendiente por disputar.

Pocos reproches se le pueden hacer al Porriño que jugó una primera parte extraordinaria. Su salida explosiva desbordó al Rocasa que se vio incapaz de frenar al conjunto de Abel Estévez. Con el acierto en la dirección y la finalización de Cecilia Cacheda, el Godoy Maceira se marchó con un 3-0 de inicio y gestionó la diferencia siempre a su favor que osciló siempre en torno a los dos goles de ventaja. Firmes en defensa y en la portería gracias a Fátima Ayelen, el Porriño comenzó a comprometer seriamente al Rocasa y pudo serlo más. Porque con 12-8 en el marcador en el minuto 20, las porriñesas disfrutaron de su primera superioridad tras la descalificación de María González. Pues ese parcial de dos minutos en ventaja numérica se saldó con un 0-2 a favor de las canarias que encontraron en los errores del Porriño y en la mano de Mbengue y Schuster un alivio a una situación realmente delicada. Eso permitió al Rocasa llegar al descanso con un 14-12. Un mal menor teniendo en cuenta que había sido superado de forma clara en todo el primer tiempo.

Pero el panorama cambió en el arranque del segundo tiempo. El Rocasa fue otro. En apenas cinco minutos el partido pasó de un 15-12 a un 16-17. Un parcial de 1-5 que permitió al líder del campeonato ponerse por primera vez por delante en el marcador. Influyó en ese tramo que la portera internacional Silvia Navarro comenzó a hacer de las suyas. Había estado muy discreta en el primer tiempo, pero tras el paso por los vestuarios se convirtió en un hecho diferencial en el duelo. En la otra portería Trojaola y Mbengue machacaron al Porriño que buscó en el cambio en la portería (entró Begoña Otero) una solución para aquel momento. Pero el Porriño se mantuvo en la pelea incluso en los peores momentos como cuando fallaron dos siete metros consecutivos con 19-21 en el marcador y desperdiciaron la oportunidad de igualar de nuevo el partido antes de entrar en los últimos quince minutos.

Cansadas por el esfuerzo, ante un equipo de mayor envergadura y que siempre encontró una solución en el lanzamiento exterior, el Porriño vio cómo el Rocasa fue estirando la ventaja hasta los cuatro de diferencia con cinco minutos por jugar. Pero las canarias se fueron del pabellón porriñés sin evitar un suspiro de alivio. El Godoy Maceira les había dado una mala tarde.