El Amfiv va ganando elementos. Si la pasada semana aterrizaba en Peinador el clase 1 argentino Franco Alessandrini, hoy está previsto que llegue igualmente a la ciudad el clase 3 mexicano Julio César Landeros, solventados ya los problemas de última hora con su visado, para ponerse inmediatamente a las órdenes de César Iglesias tras superar el viernes la necesaria revisión médica en el Hospital Vithas Nuestra Señora de Fátima. Dos jugadores que permitirán al técnico del Amfiv dar algo de aire a sus necesitados pupilos después de haber afrontado toda la primera vuelta y las dos primeras jornadas de la segunda con únicamente seis jugadores, cinco incluso en algunos de esos encuentros. Pero, sobre todo, dos incorporaciones imprescindibles de cara a la disputa de la Copa del Rey el próximo 24 y 25 de febrero en Burgos, donde en el mejor de los casos los vigueses tendrán que afrontar hasta tres partidos en apenas 24 horas.

Sin embargo, esas buenas sensaciones por la gran actuación del equipo en la liga y por la llegada de los refuerzos se ven enturbiadas por la envidia sana que todos los integrantes de la familia del Amfiv vivirán este fin de semana, cuando la competición en la División de Honor de baloncesto en silla de ruedas se interrumpa para que se disputen las fases previas de las distintas competiciones europeas.