Guerra futbolística en el País Vasco. La decisión del Manchester City de pagar la cláusula de rescisión de Laporte (65 millones de euros) se ha llevado por delante la relativa paz que existía entre Athletic de Bilbao y Real Sociedad en los últimos años. El club rojiblanco, angustiado por la necesidad de encontrar un central en un mercado muy restrictivo para él por su filosofía de contratar únicamente jugadores vascos, abonó ayer la cláusula de rescisión de Iñigo Martínez, jugador de la Real Sociedad que ayer mismo fue presentado en San Mamés. El Athletic deja 32 millones en las arcas donostiarras, pero el daño parece mucho mayor al tratarse de un jugador canterano, a mitad de temporada y en un momento en el que la Real Sociedad atraviesa una grave crisis deportiva, a solo seis puntos de los puestos de descenso.

En los últimos años, pese a algunos devaneos, el Athletic y la Real Sociedad, que suelen pescar en mercados comunes, se han alejado de la tentación de fichar jugadores de su gran rival. Hasta que llegó el caso de Iñigo Martínez, lo que ha generado un enorme disgusto entre los aficionados realistas, convencidos de que el central, que en más de una ocasión había manifestado su negativa rotunda a vestir la camiseta "del gran rival" les ha traicionado.

Íñigo Martínez, que pasará a cobrar cinco millones por temporada, quiso despedirse del que ha sido su equipo durante 13 años, la Real Sociedad, escribiendo una carta en la que ha afirmado irse "con la tranquilidad de haberlo dado todo" y ha señalado que le hubiera gustado despedirse "en persona" del club donostiarra.

"Una despedida nunca es fácil y menos en estas circunstancias. Me hubiera gustado hacerlo en persona pero no me ha sido posible. Comienza para mí un nuevo reto, pero me voy con la tranquilidad y certeza de haberlo dado todo cada segundo que he vestido este escudo", afirmó a través de una carta publicada en sus redes sociales.

Posteriormente en la rueda de prensa de presentación dijo que "la decisión la tenía que tomar en muy poco tiempo, nos hubiera gustado que todo fuera en otras circunstancias pero no ha podido ser, el mundo del fútbol es así" y manifestó sentirse feliz de "ser el jugador más caro de la historia del Athletic".