En A Sangriña solo conjugan el verbo ganar. Lo llevan haciendo durante más de 1.000 días. El Mecalia Guardés y su pabellón han firmado un pacto con las 'meigas' y el buen hacer para prolongar una racha de imbatibilidad durante más de dos años. Pero esta marcha triunfal en A Guarda a punto estuvo de terminar esta tarde.

Quedaban seis segundos para que se terminase el partido y el Mecalia empataba 31-31 frente al KH-7 Granollers. El balón era para el equipo local. Se podía sentir la tensión entre la afición cuando José Ignacio Prades pidió tiempo muerto. El Guardés sacó desde el centro. Un par de pases, balón a Luciana Mendoza y golazo en el último segundo para hacer estallar el delirio en las gradas de A Sangriña y mantener al equipo invicto en casa y en la pelea por la Liga Guerreras Iberdrola.