La XIII San Silvestre, disputada en el entorno de la Alameda y Areal la última tarde de 2017, ha supuesto para el Banco de Alimentos de Vigo la entrada de 2.500 kilos (2,5 toneladas) de alimentos no perecederos lo que pone de manifiesto no solo su espíritu competitivo sino el solidario de los participantes en la última carrera del año.

El Concello de Vigo, patrocinador e impulsor directo del evento desde 2016, considera este dato anunciado por la propia ONG "un éxito y un ejemplo de solidaridad", según manifestó el concejal de Deportes, Manel Fernández.

En tres años, los participantes en la carrera no competitiva han entregado unos 10.000 kilos de comestibles para que el Banco de Alimentos que preside Pedro Pereira pueda distribuirlos entre las personas o familias más necesitadas. Por tercer año consecutivo no se ha exigido un peso mínimo de productos alimenticios a cambio del tradicional gorro de Papá Noel, pero la ciudadanía ha respondido igualmente y continúa su progresión en este sentido desde que esta carrera se pusiese en marcha.

La aportación solidaria de la carrera se destina al Banco de Alimentos de forma continuada desde 2010, cuando la organizaba el Club Atletismo Vigo. El crecimiento de la carrera y la propia concienciación de los participantes han contribuido a la gigantesca aportación de la ya principal San Silvestre de Galicia.

La carrera viguesa, con inscripción gratuita -en otras se paga por participar-, lleva cinco ediciones consecutivas en el casco urbano, y también se ha consolidado como la que mayor número de premios reparte. Pero su carácter solidario existe desde que un grupo de aficionados a las carreras pusiesen en práctica la costumbre de organizar una prueba casi improvisada en el parque de Castrelos las tardes del 31 de diciembre. Para participar solo había que llevar comida para los más desfavorecidos. Aquello que comenzó casi siendo un manifestación expontánea de los corredores ha desembocado en la actual San Silvestre con varios miles de participantes y esos 2.500 kilos para el Banco de Alimentos. La carrera crece, pero no pierde el espíritu con el que nació hace años en el parque de Castrelos.