Anderson Cruz está a un punto de convertirse en uno de esos casos de futbolista a quien la vida le da un vuelco muy rápido. A punto de cerrar su fichaje por el Alavés, el futbolista hace solo unos meses que jugaba en la Preferente del fútbol gallego. Pero su llegada al Rápido de Bouzas (cedido por el UD Ourense) y su explosión inmediata en la Segunda División B han impulsado de golpe su carrera.

Pero su segura llegada a Vitoria aún debe seguir un proceso. La normativa de Segunda B obliga a los equipos a tener diez fichas con jugadores menores de 23 años y diez fichas profesionales. Anderson cumplía ambos requisitos, con lo que era una pieza especialmente importante para el Rápido de Bouzas a efectos legales. El club vigués trabaja en incorporar a jugadores que le permitan cumplir con la reglamentación y no será hasta ese momento cuando permita la salida del atacante porque se expone a ser sancionado si el domingo no tiene en plantilla a los diez sub 23 y los diez profesionales. La intención del Rápido es facilitar la salida inmediata del jugador, pero antes debe solucionar ese asunto.

Uno de los que podrían cubrir su espacio es Pablo Andrade, interior zurdo que procede del Ourense. El jugador ya está en Vigo pendiente de formalizar su incorporación al cuadro aurinegro para ponerse ya a las órdenes de Borja Jiménez.

Mientras, Anderson está en Vitoria esperando a que todo se despeje. El representante del jugador está tratando también de encontrar la compensación para el Rápido (que se queda sin este jugador lo que resta de temporada) y al Ourense, dueño de los derechos del futbolista de origen angoleño y cuyo destino inmediato será la cesión a un conjunto croata con el que el Alavés tiene un convenio de colaboración.