El árbitro del partido Nantes-París SG, Tony Chapron, se convirtió en la estrella del partido tras haber intentado derribar con una patada a un jugador que le había hecho tropezar, antes de expulsarlo cuando se hubo levantado.

En un contragolpe parisino, en los últimos segundos del partido, Chapron corría hacia la portería nantesa cuando su carrera se cruzó con la del central brasileño Diego Carlos que le hizo caer de forma involuntaria. El árbitro extendió entonces la pierna de forma voluntaria hacia el brasileño, que pasaba al lado para intentar hacerle caer también.

Tras un breve intercambio de palabras, el árbitro, policía en la vida civil, sacó una segunda tarjeta amarilla al defensa, lo que conllevaba su expulsión en medio del escándalo.