El partido tuvo poca historia porque el Silva fue claramente superior a un Barbadás que llegaba a A Coruña en buen momento, pero que sucumbió ante la mayor calidad del rival. El primer gol tardó en llegar porque el Barbadás se defendía con orden pero acabó llegando, abrió la lata Joao Paulo para que los de Bardanca se fueran tranquilos a vestuarios.

Efectivamente, este gol dio tranquilidad al Silva que ya se estaba agobiando con la sequía goleadora y en la segunda parte mejoró aún más sus prestaciones ante un rival que apenas tenía presencia en ataque.