El salbutamol, un broncodilatador que alivia los efectos del asma, ha vuelto a zarandear el mundo del ciclismo tras conocerse el positivo del británico Chris Froome por esta sustancia en la Vuelta 2017, en la que se proclamó vencedor menos de dos meses después de ganar el cuarto Tour de Francia. Esta noticia nos recuerda otros casos como el del ciclista español Miguel Indurain que dio positivo en 1994 por la misma sustancia que Froome.

El salbutamol remite a casos no muy lejanos que sí tuvieron consecuencias en forma de castigo. Dos ciclistas italianos, Alessandro Petacchi y Diego Ulissi, éste último aún en activo, fueron sancionados pos superar las dosis permitidas.

En 2007, el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) sancionó por un año a Petacchi, que dio positivo por salbutamol durante el Giro de Italia. Diego Ulissi, entonces en el Lampre, dio positivo en 2015 con una tasa de 1.900 nanogramos y fue castigado 9 meses por la Asociación Olímpica Suiza, ya que residía en el país helvético. También ha salpicado el salbutamol a otros ilustres corredores, incluso del pelotón español. Tras el Campeonato del Mundo de fondo en carretera de 1994 salió desde Francia la noticia de que Miguel Induráin había dado positivo en un control antidopaje en el Tour de l'Oise en el mes de mayo, pero el positivo no fue tal para la Unión Ciclista Internacional porque se trataba "de una sustancia, salbutamol, contenida en el producto Ventoline". Por aquella época, algunos de los ciclistas más populares del pelotón padecían asma.