Está claro que el árbitro gallego Iglesias Villanueva ha tenido mejores semanas. Días después de no conceder el gol de Messi en Mestalla que había sobrepasado claramente la línea de gol, el colegiado ha vuelto a ser el triste protagonista de la jornada copera del jueves.

Responsabilizado del partido de vuelta entre el Espanyol y el Tenerife (en la ida el conjunto canario había ganado por 1-0), su papel volvió a ser decisivo en el desarrollo del choque. En el minuto 40 de partido y con 0-1 a favor de los tinerfeños (lo que ponía las cosas muy cuesta arriba para el conjunto barcelonista) el colegiado señaló un penalti "imposible" a favor del Espanyol. Un disparo desde fuera del área golpeó en la mano de un rival e Iglesias señaló penalti. El problema es que el jugador que golpea el balón con la mano estaba metro y medio fuera del área.

Precisamente el presidente de los árbitros, Sánchez Arminio, había insistido en que era importante que Iglesias Villanueva arbitrase pronto para olvidar la polémica del Valencia-Barcelona. Pues va a ser que no.