La lógica se impuso, esa lógica a la que el Amfiv le lleva la contraria desde el comienzo de temporada no concedió en esta ocasión opción alguna a un equipo vigués por primera vez superado completamente por su rival, descentrado por los colegiados y fallón. El conjunto de César Iglesias firmó su peor actuación y lo hizo, además, ante un rival que mostró un enorme potencial ofensivo y confirmó los motivos que le han llevado a encabezar en solitario la tabla. Un Amiab Albacete con una amplísima plantilla, llena de recursos y combinaciones, con una interminable batería de anotadores y una gran capacidad física y envergadura.

Por todo esto, el partido duró apenas un cuarto. Exactamente 9 minutos y 57 segundos. Los prácticamente diez minutos en los que el Amfiv fue capaz de aguantar el tú a tú ante el conjunto dirigido por Abraham Carrión. Los vigueses consiguieron minimizar los daños que la altura de Manning creaba en ambas zonas y controlaron bastante bien el flujo anotador de Marsh y Choudry. Además, Zavala sostenía la ofensiva local para mantener viva la esperanza (12-17, min.9). Sin embargo, un triple de Marsh casi sobre la bocina agrandó la brecha al final de este periodo inicial (12-20).

La acción de Marsh hizo mella en el ánimo de los vigueses que, además, sufrieron otro importante golpe a su moral con una serie de lanzamientos fallados en posición clara. Carrión había introducido ya sus primeras modificaciones al quinteto inicial y tanto el también británico Dan Highcock como, sobre todo, el mexicano Matías Arredondo con sus continuaciones tras bloqueo se convirtieron en un quebradero de cabeza. Para colmo, los jugadores de César Iglesias empezaron a quejarse en exceso de las decisiones arbitrales, llegando incluso Alejos a ganarse una técnica por sus protestas. De ahí que cuando el Amfiv se quiso dar cuenta, la diferencia en el marcador era ya sustancial (18-36, min.20).

La idea de remontar se esfumó transcurridos apenas cinco minutos de la reanudación del choque. El Amfiv seguía teniendo muchos problemas para anotar sus tiros y la pelota empezaba a pesar cada vez más. Los errores anteriores se iban acumulando en la mente de los pupilos de César Iglesias, que tampoco podía recurrir al banquillo para buscar alternativa y dar unos instantes de reflexión a los suyos, y cada vez se hacía más complicado anotar. Todo lo contrario le sucedía a un Amiab que veía el aro vigués como una piscina y dejaba el encuentro totalmente visto para sentencia al final del tercer cuarto (30-56, min.30). Los diez minutos finales fueron un auténtico suplicio para un Amfiv que sólo deseaba que finalizase el partido para poder pensar ya en su compromiso de la próxima jornada en cancha del Getafe.