El Deportivo vuelve a las andadas. Con síntomas de mejoría, pero que no suman puntos. Ayer fue superior al Málaga durante más de una hora. Hizo lo más difícil, remontar fuera de casa, pero reculó demasiado en la recta final y lo pagó con otra derrota que lo deja tocado y de nuevo cerca del pozo. No le bastó con volver a jugar con portero tras la reaparición de Rubén. Se marchó de vacío por sus errores defensivos, que se siguen repitiendo, y su excesivo conformismo cuando el Málaga, a la desesperada, se fue arriba con todo.

Nada que ver el poso que deja esta derrota con el de la jornada anterior frente al Atlético. El Deportivo salió reforzado de aquella pese a no sumar. En cambio, la sensación que queda después de lo de ayer es de descomposición por haber dejado escapar tres puntos que parecían facturados rumbo a A Coruña. La factura para los coruñeses se completa con los problemas físicos de Sidnei y Cartabia, más las bajas por sanción de Guilherme y Luisinho para recibir al Athletic.

Otro desenlace fatal para el equipo coruñés, capaz durante muchos minutos de tener el partido perfectamente controlado. Se sintió superior pese a empezar perdiendo por el tempranero gol de Rosales. Poco tardó el Dépor en rearmarse y nivelar el marcador. Buen centro de Borges y certero cabezazo de Lucas. El equipo coruñés volvía a tener el partido donde quería. Sabía que la ansiedad podía acabar jugando en contra de los malagueños.

El Dépor supo esperar su momento y lo encontró al inicio del segundo acto, con una acción iniciada y finalizada por Schär. El gol hizo crecer al Deportivo, cada vez más cómodo al comprobar lo grandes problemas del Málaga para generar situaciones de gol.

Míchel optó por hacer tres sustituciones ofensivas, dando entrada a Juanpi, Ontiveros y Borja Bastón. En una acción aislada llegó el 2-2, tras una pérdida que acabó con el gol del Chory Castro. Mosquera acababa de entrar por Cartabia y al Dépor no le sentó bien el cambio de posiciones. Entre el empuje del Málaga y el miedo visitante a perder, los coruñeses dieron varios pasos atrás en unos veinte minutos finales en los que los andaluces cargaron con todo. Daba la impresión de que el Dépor tenía bastante con el empate. Todo lo contrario que el Málaga, que a base de empuje encontró el camino de la victoria. Bastón no falló en su mano a mano ante Rubén (m.84). De pronto, al Deportivo le entraron las prisas por irse hacia arriba, pero ya no se jugó más. Acarició los tres puntos y se marchó sin ninguno. Vuelta al lío. Y a las dudas.