Un buen golpe, dolor de cervicales y una buena dosis de rabia es lo que se trajo desde Elorrio el vigués Samuel González, que había acudido a la localidad vizcaína con la intención de participar en la tercera cita puntuable de la Copa de España de Ciclocross.

Un puente hecho de andamios, mal instalado a su criterio, hizo que su participación en la competición no durara más de un minuto, cuando rodaba en la quinta posición. Con la bici rota por cuatro sitios, fue imposible continuar. El golpe, al caer de cabeza, fue aparatoso, pero en un primer momento parece no haber dejado secuelas importantes que le impidan participar el próximo fin de semana en su segunda prueba de la Copa del Mundo, en Dinamarca. "Solo fue un susto, tengo un poco de dolor de cuello, al caer de cabeza, pero por fortuna no fue nada grave", apunta.

Lo que lamenta Samuel González es haber perdido una buena ocasión de coger ritmo de competición después de un parón de unos quince días. "En la primera cita de la Copa de España, hace quince días, ya empecé a encontrarme mal. Estuve una semana con antibióticos y me perdí la segunda prueba porque estuve bastante mal, en cama. Ahora volvía a correr después de quince días de parón para coger ritmo, pero la caída se produjo ya en la salida", se lamenta.

"Iba entre los primeros y al minuto de empezar había un puente, hecho con andamios, y debía estar mal construido y al bajar el puente, el que iba delante de mí, con la rueda de atrás, separó los andamios y mi rueda se coló por el medio y ya me caí de cabeza", relata. "La bicicleta, al caer contra el suelo, partió el cuadro por cuatro sitios. Estaba destrozada, como si se hubiera caído de un quinto piso. También el casco, las gafas...", prosigue.

"Podía haber corrido hasta el box y coger otra bici, pero intenté continuar y al ver cómo estaba el cuadro ya tuve que abandonar", indica aliviado en parte por haber evitado una lesión importante teniendo en cuenta lo aparatosa que resultó la caída. "Había otro chico detrás de mí, que también se cayó, que tuvo que ser evacuado en ambulancia", asegura.

El puente de andamios, "construido como un obstáculo más vistoso para el público" había dado problemas durante toda la jornada según Samuel González. "Al parecer ya había quejas de que se estaba moviendo en las carreras anteriores. Pero después de nuestra caída lo recolocaron y siguieron".

Ahora, mientras prepara su desplazamiento a Dinamarca para la que será su segunda participación en la Copa del Mundo, tendrá que estar pendiente de varios trámites para reclamar los daños en Elorrio. Ya se ha asesorado con las federaciones vasca y gallega y se resigna a afrontar un proceso largo. "Alguien debería hacerse cargo de la rotura del material y del arreglo de la bicicleta", apunta. "Desde la organización de la prueba me han dicho que no sabían si el seguro de la prueba cubriría los desperfectos. Es algo que no suele pasar porque normalmente si te caes en una carrera, eso es cosa tuya, pero no porque se desmonte una estructura", explica.

También se ha puesto en contacto con Ridley, "por si me puede conseguir una bicicleta para esta semana, antes de marchar, o, en último caso, tendría que ir con una bicicleta sola", se resigna Samuel González.