María Araújo vive sus primeros días integrada en la selección española. Habitual de las inferiores, la viguesa acaba de subir el escalón más complicado, el que lleva al equipo absoluto, campeón de Europa hace solo unos meses. La jugadora del Universitario de Ferrol fue incluida por Lucas Mondelo en la relación de jugadoras que afrontará las dos primeras jornadas de la fase de clasificación para el Europeo de 2019. Este sábado les espera Bulgaria en Sofía y el miércoles de la próxima semana reciben a Holanda en Valladolid.
Araújo aguarda con calma la conversación con Lucas Mondelo. El técnico, desde que ha comenzado la concentración, ha ido realizando charlas individuales con las jugadoras. La de María Araújo todavía está pendiente: "Tengo curiosidad e interés por hablar con él. Aún no me ha tocado, pero la impresión que tengo de trabajar estos días con él es muy buena. Ya me habían hablado maravillas de él y toda eso se ha ido confirmando. Aunque es verdad que apetece también tener esa toma de contacto más cercana y próxima".
En un grupo ya formado, muy joven y con nueve jugadoras que repiten con respecto al grupo que ganó en verano el Europeo, la jugadora viguesa se ha sentido muy integrada desde el comienzo: "Ha sido muy sencillo entrar. Es cierto que en muchos aspectos se nota el cambio con respecto a las selecciones pequeñas porque aquí estás entrenando con doce profesionales de un nivel muy alto, pero me han hecho muy sencilla la incorporación. Llegas con ciertos nervios por lo que te vas a encontrar, pero han sido todo facilidades y ganas de que sea sencillo todo. Me encuentro muy cómoda y la experiencia está siendo especialmente agradable".
Pies en el suelo
María Araújo insiste en tener los pies en el suelo tras esta experiencia porque "ha llegado antes de lo que cabría esperar. No me esperaba que la selección absoluta me llamase ya. Soy muy joven todavía, pero eso no quiere decir que no venga con la intención y la idea de aprovechar al máximo la oportunidad. Pero ni había pensado en esto". Admite con naturalidad que la lesión de Laura Gil le ha abierto esta puerta y que se trata de vivir la experiencia sin más pretensiones que aprender y seguir trabajando: "Es complicado entrar en el equipo porque esta selección lo ha ganado todo y son muy jóvenes todavía. Partiendo de eso se trata de trabajar, aprender, aprovechar todo lo que pueda la oportunidad y ayudar al equipo en estos dos partidos".
En el aterrizaje es evidente que le han ayudado mucho su compañera de equipo Bea Sánchez y su compañera en la sub'20 María Conde (con ella conquistó el oro en el Europeo de la categoría disputado este verano en Portugal). También alude a "Ouviña, mi compañera de habitación, que me está ayudando mucho estos días. La verdad es que en estos días se nota mucho que es un equipo muy unido, muy extrovertido y que tiene en esas características una de sus principales fortalezas".
En los próximos días seguramente tenga la oportunidad de estrenarse con la camiseta de la selección absoluta. O bien en Bulgaría el sábado o el miércoles, 15 de noviembre, en Valladolid en el encuentro ante Holanda. Es otra parte del proceso que se toma con calma y sin perder las referencias, como hace el resto del equipo: "Hay que arrancar de nuevo de cero. La selección acaba de ganar el Europeo, pero ahora empieza una historia nueva, en la que no vale nada de lo que se ha conseguido hasta el momento. Ahora hay que tratar de ganar estos dos primeros partidos e iniciar un camino hacia el próximo campeonato". Y mientras tanto, espera que Mondelo la llame para tener la famosa conversación. Una charla para entender muchas cosas, para aprender.
