Europa reparte sus últimos cuatro billetes para el Mundial de Rusia. Las brutales eliminatorias que enfrentan a los segundos clasificados de la fase de grupos dará nuevas plazas para el campeonato y sobre todo dejará por el camino a alguna de las selecciones ilustres del continente. La eliminatoria estrella es la que enfrentará a Suecia y a Italia, tetracampeona mundial, que se vio abocada a esta repesca al acabar segunda de su grupo tras España.

Los nórdicos, subcampeones en casa en 1958, y dos veces terceros (1950 y 1994) tratan de recomponerse a la retirada de la gran referencia de los últimos tiempos, Zlatan Ibrahimovic, para volver a un Mundial después de perderse los de Sudáfrica 2010 y Brasil 2014.

Para ello tratarán de conseguir un buen resultado en la ida el viernes en el Friends Arena de Solna y encarar con posibilidades la vuelta del lunes 13 en el Giuseppe Meazza de Milán.

Gian Piero Ventura, técnico italiano, ha echado mano de todo su arsenal, incluida la vuelta de hombres como Alessandro Florenzi (Roma), Jorginho (Nápoles) y Simone Zaza, 'renacido' desde su llegada al Valencia, tanto que actualmente es el segundo máximo artillero de la Liga española tras Leo Messi. Así mismo, recuperados de sus problemas físicos, figuran en la relación de citados Marco Verratti (PSG) y Daniele de Rossi (Roma), claves en la medular.

Croacia desperdició su ventaja en el grupo I y acabó claudicando ante Islandia de forma inesperada, con lo que se tendrá que volver a jugar su presencia en una gran competición en una repesca. Los balcánicos forman un conjunto poderoso con una gran calidad en sus filas, pero su pecado ha sido su irregularidad.

Han superado las cuatro repescas que han disputado sin perder partido alguno (dos ante Islandia precisamente y ante Eslovenia y Turquía) y ahora se las verán con la correosa Grecia, que trata de regresar al primer nivel.

El 'cerebro' croata Luka Modric no atraviesa precisamente su mejor momento en el Real Madrid, pero junto al barcelonista Ivan Rakitic deben ser las lanzaderas de un equipo que en ataque lidera el juventino Mario Mandzukic

Grecia, que no pudo plantar cara a Bélgica pero se hizo con el segundo puesto del grupo H europeo por delante de Bosnia, podría convertirse en la primera selección que se clasifica tras tres repescas mundialistas consecutivas. Para Sudáfrica apeó a Ucrania y para Brasil a Rumanía.

Los helenos cuentan con la ventaja teórica de que la ida se jugará en el Maksimir de Zagreb y la vuelta en el Giorgios Karaiskakis de El Pireo, con toda su fervorosa afición de su lado. Dinamarca enderezó el camino a tiempo para alcanzar la segunda plaza de su grupo. Se enfrentará en un buen momento a Irlanda, la selección que ha disputado más repescas, con siete, de las que ha ganado tres. Irlanda no juega un Mundial desde 2002, cuando fue eliminada en la tanda de penaltis ante España, y su objetivo es salir con vida del Parken de Copenhague para rematar ante su hinchada en Dublín.

La otra repesca europea enfrentará a Irlanda del Norte, cuya progresión ha sido palpable tras muchos años de sequía desde la selección que jugó los Mundiales de España'82 y México'86, y Suiza, que perdió la plaza directa en su último partido en Portugal. Los helvéticos parten con el cartel de favoritos por mimbres, rendimiento en la fase previa en los últimos años y por tener el factor campo para la vuelta, que se jugará en el estadio St. Jakob Park de Basilea.