La Real Sociedad no padeció sufrimiento alguno para adjudicarse el triunfo en el derbi guipuzcoano ante un Eibar que sigue gafado en un estadio en el que nunca ganó y en una precaria situación, a sólo dos puntos del descenso.

El conjunto eibarrés empezó muy bien el partido, maniató todas las salidas de los donostiarras con una presión intensa que dificultaba el juego que le gusta hacer al conjunto de Eusebio Sacristán. El Eibar no está bien en la presente temporada y este tanto fue un mazazo moral para los de José Luis Mendilibiar, que pudieron encajar un segundo tanto tras un error de David Lombán que dejó sólo ante el serbio Marko Dimitrovic al belga Adnan Januzaj quien, con la portería vacía y un poco escorado, envió el balón fuera.

No mejoró la situación de los eibarreses en una segunda mitad en la que la Real entró de cara y logró su tercer tanto por medio de Mikel Oyarzabal, en una jugada meritoria de Asier Illarramendi, sentenciado el partido.