La Euroliga ha lanzado una propuesta de calendario para el baloncesto internacional que restringe al mes de julio todo los partidos de selecciones, sean clasificatorios o de grandes torneos, y que vuelve a chocar con el sistema de ventanas que la FIBA estrenará en noviembre.

Los clubes tendrían 38 semanas del año a su disposición entre octubre y mediados de junio, mientras que las selecciones nacionales dispondrían de sus jugadores durante seis semanas: las dos últimas de junio, a modo de preparación, y las cuatro de julio para la disputa de partidos clasificatorios o del torneo que corresponda ese verano, sea Juegos Olímpicos, Copa del Mundo o Eurobasket. Por último, las cuatro semanas de agosto serían para descanso de los jugadores.