El piloto español Fernando Alonso (McLaren) se mostró convencido de que "el podio estaba asegurado" en el Gran Premio de Singapur de no ser por el accidente en el que se vio envuelto y que le obligó a abandonar la carrera, y explicó que el golpe que sufrió el monoplaza fue tan fuerte que no pudo "resistir".

"A veces salen las cosas de cara y a veces, no. Cuando salimos últimos, con penalizaciones, y cambiamos el motor normalmente acaban los 20 coches; hoy (por ayer), que vamos bien aquí, y en lluvia, el podio estaba asegurado, incluso luchando por la victoria, y pasa de todo", señaló. "El coche estaba totalmente destrozado por la parte izquierda, era casi un milagro que siguiésemos en pista", añadió.