A pocos kilómetros de la etapa que marcó la edición 2012 y la historia reciente de la Vuelta a España, con el pinteño de nuevo como gran protagonista en los muros del Alto de Los Machucos, cabe preguntarse si Alberto Contador sueña con un nuevo Fuente Dé.

No está segundo como entonces ni sus fuerzas ni su estatus son las de antaño. Pero ayer, otra vez en tierras cántabras, ha dado un golpe que ha estado a punto de poner patas arriba a la carrera.

Solo le ha servido para mantener la quinta plaza de la general, pero ha acortado respecto al podio, ha llegado con ventaja sobre todos los que le preceden en la tabla y, quizás lo más importante. ha destapado una inesperada debilidad del líder Chris Froome, que ayer había fortalecido el maillot rojo en la crono llana de Logroño.

Ese bajón del británico es, probablemente, lo que más le hace soñar a Contador, un pistolero con muchas balas disparadas pero parece que con algunas guardadas para su final. Que tiene fecha fija para este domingo.

El madrileño habla de podio, que tiene ya a solo 1.21, pero visto lo que ha visto de Froome en la vertical subida de hoy, conociendo su carácter, su espíritu y su ambición, es difícil imaginarle pensando en Wilco Kelderman, el tercero de la general.

Más se le presume acordándose de otro grande, Vincenzo Nibali. Pero no para arrebatarle la segunda plaza, que también, sino como principal aliado en el acoso al líder Froome, al que intentará seguir tambaleándole como cuando hoy ha saltado furibundo camino del Monumento a la Vaca Pasiega.

Podría ser en la penúltima etapa el último asalto de Contador a por la 'Roja'. En el Angliru, otra de las cimas que remiten a su leyenda. Pero a un ganador de siete grandes carreras por etapas siempre le queda ambición a espuertas y una carta bajo la manga.

Froome le espera en l'Angliru pero Contador puede buscarle un día antes, camino de Santo Toribio de Liébana. No en vano es una etapa muy parecida a la que en Fuente Dé enterró las esperanzas del añorado Joaquín Rodríguez, Purito, de conseguir una grande.

Es una jornada de media montaña, pero sus cuatro puertos, tres de tercera y uno de segunda, están en la segunda mitad de la carrera. Y entre ellos se encuentra la Collada de la Hoz, donde aquel 5 de septiembre de 2012, a 50 kms., lanzó su ataque definitivo.

Esta vez la subida está a solo 30 kms. de la llegada y, aunque Santo Toribio de Liébena no es para asustarse, tampoco entonces lo era Fuente Dé.

Como también en aquella ocasión, antes de la Collada de la Hoz había que subir la Collada de Ozalba. Un dato más que seguro animará al pinteño. ¿A qué? ¿A un nuevo Fuente Dé?

Contador dijo que su ataque fue una mezcla de "cabeza, corazón y piernas" y fue hacia adelante "a ver quién era capaz de tirar con la misma convicción" que él. "Ha sido una buena etapa, especialmente cuando tenía que apretar los pedales y las piernas respondían. Me ponía de pie y la bicicleta iba para adelante", dijo. "Quedan tres días por delante duros y veremos qué sucede El podio está cerca y lejos".